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Blogs Pienso de que por Rafael Cerro Merinero

Una brutal paliza

Una brutal paliza
Rafael Cerro Merinero el

El último tópico, probablemente, les sonará: “Le dieron una brutal paliza”. Claro: si una paliza es una serie de golpes propinada con un palo o con otro instrumento, no puede ser suave. No sería una paliza, sino una clase de Pilates. Todas las palizas son brutales y el epíteto sobra. Los medios se han cubierto de etiquetas adhesivas y ya no hablan sin ponerle a cada sustantivo su pegatina en forma de corsé. Cuando alguien crea el cliché, lo repetimos porque no nos cuestionamos ninguna aserción. A partir de ahí, toda una generación de periodistas dedicada al copia y pega. De ahí lo de “la temida deflación”, sintagma en el que el adjetivo está de más salvo que también le llamemos temidos a la inflación, a los tsunamis y a la gonorrea. A todo. La deflación, en concreto, se ha llenado de tópicos, incluso en forma de sustantivo: “El fantasma de la deflación abre grietas en la cúpula del Banco Central Europeo”. No sé si estoy leyendo una sección de economía de un diario serio o un tebeo de Scooby Doo. Si queremos terminar con el copia y pega, tendremos que contratar periodistas mejor remunerados que hayan leído algo. Lo que una democracia puede terminar pagando precisamente muy caro es el haber prescindido de una clase periodística fuerte. Al final, acaban colándose en las primeras páginas faltas de ortografía y fotos del moribundo que no es, como le ocurrió a no sé quién con Hugo Chávez. No hay ningún fantasma como no existe el “ataque de los mercados” que nos describen a diario con detalle. Sólo hay inversores queriendo que su dinero rinda  más, pero nadie agrede a nadie y, por lo tanto, el “ataque de los mercados” es un invento de los políticos que los periodistas repicamos. Cuando el dinero nos cuesta más caro, la culpa no es del ministro de Economía sino del enemigo evanescente que nos ataca con saña.

No todo el mundo sirve para esto. Los redactores tendrían que presentar un nivel de competencia mínimo, como los profesionales de cualquier otra especialidad. Yo mido 1,68 y por eso no juego al baloncesto. No se dice “la raza humana”, porque hay varias razas y lo que quieren significar quienes escriben eso es “la especie”. Ni “noticias de España y del mundo” porque el segundo sustantivo ya incluye al primero. Ni “accidente fortuito”, como repetimos hasta el hastío cuando el Rey sufrió aquel problema en la clínica, porque si no es casual no es tal accidente”. Ni se le llama “una” editorial a la pieza sin firma que expresa la opinión del medio, porque eso es “un” editorial. Editorial, en femenino, es una empresa que comercializa libros.

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