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Blogs Pienso de que por Rafael Cerro Merinero

Frases del amor (I)

Frases del amor (I)
Rafael Cerro Merinero el

Coyunda es la correa con la que se uncen los bueyes y con la misma palabra se denomina a la unión conyugal, antes muy usual entre hombre y mujer y últimamente más caleidoscópica en posibilidades. Cuando nos unimos nos uncimos y compartimos vivencias y lenguaje. Pasado el primer semestre, él ya aporta un original “¿Pero, todavía te estás arreglando?”. Siempre, como si fuera la primera vez que ella tarda en ponerse guapa. Cuando es él quien quiere retrasar la salida, le escupe un “Vemos la salida de la fórmula 1 y en seguida nos vamos”. Cuando nace el primer retoño varón y otea entre sus ingles, se sorprende ante el tamaño del escroto. Éste es llamativo por la proporción que con el resto del cuerpo guarda a esa edad, por otra parte muy similar a la de los demás bebés de sexo masculino. Orgulloso de su simiente, indefectiblemente exclama “¡Madre mía, qué bien armado va este niño!”, a lo que ella responde: “Las chicas se lo van a rifar”. De todos es conocido que las jóvenes en edad de copular miden metro en mano la bolsa escrotal del garañón antes de decidir con quién van a holgar y, cuando encuentran un aguacate de grandes dimensiones, se pelean entre ellas para ver quién lo acoge en sus entrañas o bien se turnan para hacerlo.

 

 

Más adelante, él dice “Sonia, el niño se ha hecho caca”, pero no mueve un músculo para deshacerse de los excrementos que, aunque su abuela le habló en contrario, le resultan repugnantes a pesar de provenir del intestino de su propio vástago. Pretende que siempre sea ella la encargada de “cambiar la caca”. Una expresión aplastantemente más lógica sería “cambiar el pañal”, pues cambiar la caca exige tener una de recambio cada vez y no siempre es fácil encontrar repuestos.

Una variante de “Sonia, el niño se ha hecho caca” pronunciada sin movimiento posterior es “Ya es la hora de cenar, ¿no?”. Es una frase masculina de buenos deseos que equivale a “Quiera nuestra buena ventura que la cena se prepare sola y resulte sabrosa. Deseen los hados que la mesa se sirva por sí misma también”.

 

 

Un tiempo después, se produce un cambio de denominación: ella pasa a llamarse “la parienta” en lugar de Sonia. Ella empieza a decir “Tú sabes perfectamente por qué estoy cabreada” cuando él navega entre su simpleza innata y la ignorancia de lo que la ha enfadado. Pero las frases tópicas femeninas serán motivo para la próxima entrega de este blog.

Más vida en @rafaelcerro

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