Rectificar es de sabios. Lo ha demostrado el exministro de justicia Juan Fernando López Aguilar. Él impulsó una Ley Integral de Violencia de Género que da por hecha la culpabilidad del varón para conseguir denuncias, pero luego fue razonable y reconoció que es injusto eliminar la presunción de inocencia. Lo hizo en cuanto le aplicaron a él la Ley.
Una Ley tan inicua que algunos juristas de fuera creen que procede del franquismo. Basada en un doble discurso, afirma perseguir la igualdad, pero en la práctica busca lo contrario: la supremacÃa de la mujer. Practiquemos un test de feminismo radical arraigado en la sociedad: ya ni nos inmutamos ante un cartel que anuncia una carrera para mujeres. ¿Qué ocurrirÃa si una Administración convocase una carrera sólo para varones? O repartiera subvenciones sólo para chicos. O tuviera una concejalÃa del hombre. El Sistema feminista radical logró implantar en 2004 un sistema de derecho de autor: tribunales sólo para varones. Leyes diferentes para grupos sociales diferentes, con el precedente histórico del nazismo. Las ideólogas enfrentan las nociones de hombre y mujer como antagónicas, por lo que ignoran el concepto integrador de persona.
Todos los hombres. El hombre es malo.
Ése es el mensaje omnipresente con el que se bombardea a la población. Por eso, cuando la @guardiacivil previene en Twitter contra las maltratadoras igual que contra los maltratadores…
…Â las radicales violentan a la Guardia Civil, que lo retira.
Esa imagen con la maltratadora ya no está colgada en el benemérito Twitter. Para generar una nueva realidad ad hoc, eliminamos el relato de la que habÃa. Como cuando Trotsky cayó en desgracia y Stalin intentó hacer desaparecer todas sus fotografÃas como si él nunca hubiera sido:
Imagen conocidÃsima, con Lenin en el estrado, que Stalin modificó en casi todas partes porque lo que no debe ser, tampoco debe ser citado y lo que se deja de reseñar deja también de existir. Por eso no se puede denunciar las denuncias falsas: por eso, una columnista radical española dijo la semana pasada en un diario de Madrid que quejarse de una denuncia falsa es reaccionar como todos los maltratadores. Por eso no admite el Sistema unas pocas denuncias ni para disimular. Las mujeres no mienten. Ninguna. Hay que callar e identificar los conceptos de denunciado y maltratador. Para qué ocultar el recuento de hombres muertos a manos de sus parejas si es posible no hacerlo o, mucho mejor, distinguir el asesinato de él para que de hecho no sea violencia de género conceptualmente hablando. Un montaje digno de Orwell, que en su novela 1984 llamó Ministerio de la Verdad al ministerio que hacÃa una previsión y, si luego ésta no se cumplÃa, modificaba los periódicos. En eso mismo se basa la corrección polÃtica: en la supremacÃa de lo que debe ser sobre lo que realmente es. Un esquema de censura: esto se puede decir y esto no. En nuestra España distópica de 2015 no tiene sentido discutir sobre cuántas denunciantes mienten porque quien manipula las estadÃsticas oficiales de la Justicia es quien las crea.
Todo esto es difÃcil de creer para quienes están fuera de la pesadilla. El relato sólo llegará a quienes ya lo conocÃan si usted no hace que llegue fuera del cÃrculo de los damnificados. Hombres y mujeres.
Más vida en @rafaelcerro
Â
IdeologÃa de géneroOtros Temas