Si alguien piensa que dando puñetazos al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, va a conseguir algo más que una cierta notoriedad pública, se equivoca. Todo lo contrario, el efecto puede ser el contrario y crear una corriente de opinión favorable al lÃder popular a tan solo tres dÃas de las elecciones generales.
El violento episodio en el que se ha visto involucrado esta tarde en Pontevedra el presidente del Gobierno no puede más que ser calificado de lamentable y dantesco. No hay ninguna justificación para una reacción asÃ, aunque sea un menor, como asà ha sido, ya que lo que refleja es el macarrismo polÃtico que se ha instalado en ciertas capas de la sociedad. Es muy peligroso alentar algunos comentarios en las redes sociales que son insultantes y de una agresividad extrema.
En este paÃs se ha creado un caldo de cultivo contra todos los polÃticos que son presentados como unos asaltacaminos que roban a los  ciudadanos y a los que se insulta sin ningún pudor. Los polÃticos, en general, sean del PP, del PSOE o de Ciudadanos, son gente honrada , y como decÃa el otro dÃa Pedro Sánchez en el programa de mi paisano BertÃn Osborne: “No hay partido polÃticos corruptos, sino personas corruptas”.
La agresión al presidente ha sido, a mi juicio, muy grave, o como me decÃa hace unos minutos una de las personas que estaba muy cerca cuando se produjo el puñetazo: “Tremendo”.
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