Cada vez que escucho a Pedro Sánchez en su nueva faceta de censor de los actos violentos de Cataluña, aunque para mà que con la boca chica, no puedo dejar de acordarme de los 34 pactos que mantiene en Cataluña con los independentistas en otros tantos ayuntamiento y el gran pacto de la Diputación de Barcelona. Por no decir la aberrante situación en Navarra, comunidad que gobierna gracias a la abstención de Bildu.
Pues con esta mochila a sus espaldas se permite el lujo de dar lecciones al resto de la oposición: PP, Ciudadanos y Vox, de lo que tienen que hacer en Cataluña, después de que sus socios de gobierno justifiquen la violencia y multipliquen su desafÃo al Estado.
La última vez que lo escuché fue ayer, en un acto de la precampaña electoral, en la que volvió a recriminar la gestión que otros partidos están haciendo del gravÃsimo problema que hay en Cataluña.
Lo que hacen otros no es hoy tema de este blog, aunque he de decir que, por lo menos por ahora, lo que yo veo del conjunto de la oposición es una coherente actitud de defensa de la unidad de España, de la legalidad constitucional y de oposición frontal a cualquier acuerdo con los que animan a los vándalos a destrozar Cataluña.
Si ese es el discurso con el que Pedro Sánchez va a recorrer España a partir del próximo jueves, el de la incoherencia más absoluta, me temo que no va a sacar un escaño más de los 123 que tiene a dÃa de hoy. Por mucho que hoy Tezanos diga con el CIS hecho a su medida que el PSOE puede llegar a los 150 diputados, yo, no me lo creo.
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