Paloma Cervilla el 11 may, 2012 La dimisión, cese o empujoncito que Rodrigo Rato ha recibido para que abandone la presidencia de Bankia puede acabar con el mito sobre la valía profesional del exministro de Economía de Aznar y de esa leyenda sobre el milagro que obró en la economía española. Muchas veces he escuchado opiniones que rebajaban el currículum de Rato y aseguraban que no era tan bueno como se decía, que no era un economista, sino un abogado, como bien es cierto, y que lo que hizo en España tampoco fue una obra de arte, aunque los resultados fueran muy buenos. Siempre lo atribuí más a la envidia que genera un personaje de estas características que a la realidad, entre otras cosas, porque no lo conozco en profundidad. Sin embargo, viendo los últimos acontecimientos que han rodeado la trayectoria profesional de Rato, tengo que admitir que pienso que había algo de verdad, y que también ha habido algo de vendetta personal, porque si no no se explica que haya caído tres veces de forma tan estrepitosa. Primera caída: pierde la batalla de la sucesión Contrariamente a lo que muchos pensaban, Aznar no lo nombró sucesor y lo dejó prácticamente a los pies de los caballos frente a Mariano Rajoy. Yo nunca aposté por él y siempre sostuve que daría problemas si era elegido candidato a la Presidencia del Gobierno. Tenía algunos enemigos internos y Aznar optó por un hombre de menor perfil profesional, como Rajoy, pero más solvente y que generaba más confianza. Además, el gallego era menos vulnerable ante los medios de comunicación que Rato, al que podían poner en almoneda sus negocios familiares. Segunda caída: abandona por sorpresa el FMI ¿Qué llevó a Rodrigo Rato a dejar un cargo equiparable a una jefatura de Estado con un buen sueldo y una excelente proyección internacional? Solo él lo sabe. Las malas lenguas dicen que no se sentía cómodo en un organismo mundial donde él era el que menos sabía de economía, rodeado de premios nóbeles y de economistas de altísimo nivel ante los que no se sentía cómodo, o mejor dicho, se sentía inferior. Tercera caída: dimisión o cese en Bankia Solo Rajoy y De Guindos podrán contar algún día las claves que expliquen la repentina salida de Rato de la presidencia de Bankia. Si sabía dónde se metía, ¿por qué lo aceptó?, si no lo sabía ¿quién lo engañó o dejó que lo engañaran? Lo cierto es que su paso por Bankia ha sido un fracaso, ya que no ha podido enderezar el rumbo de esta entidad bancaria. La vendetta Uno de los comentarios más extendidos sobre la caída de Rato es la posible vendetta que ha podido sufrir de manos de De Guindos: “La venganza se sirve en plato frío”, dicen. El hoy ministro de Economía fue su secretario de Estado y algunos recuerdan el monumental enfado de De Guindos con Rato cuando fue nombrado solo director general en el Ministerio. Él, ya siendo joven, anunciaba que un día sería ministro, como así ha sido. Es cierto, que De Guindos no despierta simpatías en el PP ni en un sector del Gobierno. Lo acusan de pasearse por Europa como el Monti español si España es intervenida , de hablar más de la cuenta de su colega Cristóbal Montoro y de opinar sobre las materias de otros ministerios. Pero yo creo que no será para tanto y que estos comentarios también hay que ponerlos en cuarentena. España Comentarios Paloma Cervilla el 11 may, 2012