Yo tengo muy claro lo que pienso sobre la oportunidad que le dio ayer TVE, la que pagamos todos, a Arnaldo Otegui, para que diera su mitin polÃtico y ofendiera a las vÃctimas del terrorismo y a una parte de los españoles.
Libertad de expresión, sÃ, pero no a cualquier precio. No con los medios que pagamos todos, y no a un condenado por su vinculación con la organización terrorista ETA. Hasta ahà podÃamos llegar.
En el periodismo no vale todo, ni por conseguir un click, ni por ponerse una medalla. Esta profesión, a mi juicio, tiene unas lÃneas rojas que no se pueden traspasar, y esa es la dignidad.
A mÃ, desde luego, no me produce ninguna satisfacción la exclusiva de entrevistar a este personaje, lo digo como lo siento. Otra cosa es que hubiera pedido perdón a las vÃctimas y condenado el tiro en la nuca, los coches bombas y las masacres que se llevaron por delante a cientos de españoles.
Para mÃ, y respeto lo que piensen otros compañeros, lo que hizo ayer televisión no responde a lo que yo entiendo que es es esta profesión. Un oficio noble que intenta respetar la verdad y que no puede dar altavoz a un condenado por la Justicia para tomarnos el pelo a todo.
Otegui no condenó los asesinatos, se permitió el lujo de pedir respeto, dignidad y justicia para todas las vÃctimas y se atribuyó un papel fundamental en el fin de ETA. Alucinante y bochornoso.
Que a nadie le quepa la menor duda, el fin último de esta entrevista era tener un gesto con aquellos a los que se necesita para que Pedro Sánchez siga en La Moncloa.
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