La realidad ha desbordado todos los planes que Pedro Sánchez e Iván Redondo habÃan trazado para esos 1.450 dÃas que con arrogante desafÃo el presidente del Gobierno repetÃa una y otra vez para decirle a la oposición que su Gobierno socialcomunista iba a aguantar los cuatro años de mandato, aunque tuviera que tragar quina. Que a él lo que le mola es el poder, aunque sea a cualquier precio.
Pues todo eso ha saltado por los aires en un dÃa, el que va desde que dijo que todos a la manifestación de la propaganda feminista, porque yo lo valgo y porque a Irene Montero y a Pablo Iglesias, habÃa que darle un caramelito para que siguieran callados y diciendo “sà wuana” (con un poquito de crÃtica pero solo de cara a la galerÃa) a su Gobierno de coalición; hasta el que los cientÃficos le dijeron hasta aquà hemos llegado y la crisis del coronavirus se ha desatado por toda España.
Quién le iba a decir a Pedro Sánchez que terminarÃa decretando el estado de alarma, como le pidió Santiago Abascal, rogando al Ejército que le eche una mano ante esta emergencia sanitaria o tomando el control de las 17 autonomÃas, cuando él ha cedido tanto ante los independentistas catalanes. En definitiva, un golpetazo contra una realidad para la cual me temo que no está preparado, y muchÃsimo menos sus socios de Gobierno, unos aprendices de polÃticos que nos han llevado a esta situación con su irresponsabilidad propagandÃstica.
Adiós a la mesa del diálogo con Cataluña, a la eutanasia, a aventuras estrafalarias de populismo barato como la ley de educación o la de libertad sexual. AquÃ, lo único que importa ahora es la salud de los españoles, cómo hacer frente a este desafÃo, lo demás ya es secundario.
Cómo van a gestionar el dinero público para salir de esta crisis, qué partidas se van a recortar, sÃ, porque habrá que quitar de unas para dárselas a otra, y cómo lo van a explicar a los españoles. Aquà se han acabado las bromas de tirar de chequera para mantener caliente el colchón de la Moncloa.
Es la hora de gobernar “para la gente”, con responsabilidad. Y yo no sé si este Gobierno está preparado.
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