No sé qué pensará hoy Pedro Sánchez, pero yo le recomendaría meter en el cajón su proyecto de sacar a Franco de la tumba, su anteproyecto de reforma educativa, sus ataques a la educación concertada, su obsesión por atacar a la Iglesia Católica, sus amenazadas de subida de impuestos a los autónomos y a las clases medias, sus coqueteos con Podemos y los independentistas catalanes y muchas cosas.
Porque todo esto ya le ha pasado factura, y qué factura, el bastión socialista: Andalucía, ha dicho ya ¡basta! Basta a remover el pasado, a intentar reabrir la Historia olvidando los consensos que cerraron las heridas, basta a la corrupción del PSOE, al clientelismo, a su superioridad moral y ética sobre la derecha, a su debilidad para defender la unidad de España…..
Porque Andalucía no solo ha querido liberarse del yugo socialista que la ha estado atenazando durante casi cuarenta años, sino también de una forma de hacer política chulesca, improvisada que solo recurre a los tópicos del enfrentamiento entre las dos España y que desprecia a todos los que no piensan como ellos.
Qué paradoja que haya sido esta Andalucía subsidiada, la comunidad más pobre de España y en muchos índices a la cola de Europa, la que haya plantado cara a todo esto. Porque a la derecha, hoy ya mayoritaria en esta región, la han votado muchos ciudadanos de izquierda hastiados con esa vuelta al pasado, que cada mañana Pedro Sánchez y los suyos quieren revivir para seguir manteniendo cautivo el voto de los españoles.
Pues no, Andalucía ha abierto las ventanas para que entre el aire fresco de la libertad, y mañana levantará las alfombras y veremos cómo se ha mantenido cautivo el voto andaluz durante tantos años. Sí, cautivo de la subvención y el clientelismo.
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España Paloma Cervillael