Solo era cuestión de tiempo que, después del ridículo de la presencia “expres” de la niña Greta Thunberg en la Cumbre del Clima, otro disparate de algún iluminado, de estos que se cree que tiene la superioridad moral e ideológica de la lucha contra el cambio climático y la defensa de los derechos sociales, reventara este encuentro que se celebra en Madrid.
Y eso, como no podía ser de otra manera, le ha correspondido al defraudador actor Javier Bardem, condenado a pagar 150.000 euros a Hacienda por no cumplir con lo que marca la ley en el IRPF de 2006 y 2007. A este personaje esperpéntico no se le ocurrió ayer otra cosa que insultar al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, calificándolo de “estúpido”, al referirse a él en la lectura del manifiesto de la marcha contra el cambio climático como “ese estúpido que quiere revertir Madrid Central”.
Después de esto, ya pueden mandar a Greta Thunberg al colegio, recoger las carpas y los muebles de Ifema y desmantelar la cumbre, politizada y reventada por este personaje, que avergüenza a muchos españoles por su mala educación y su falta de respeto.
Se puede discrepar de todo, pero en el momento que se insulta se pierde la razón. Y ya está bien de alentar, desde un púlpito ecológico, consignas políticas de un problema que es de todos, sí, señor Bardem, de todos, sin ideologías y dogmatismos.
Una pena que un problema, que es real, según los científicos, se esté manipulando de esta manera por parte de niñas teledirigidas por no sé qué intereses y por la izquierda. Flaco favor a un movimiento que debería estar liderado por expertos, que son los que conocen la dimensión real del problema.
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