La guerra que se ha desatado entre los presidentes autonómicos, la mayorÃa del PP, tras confirmar el Gobierno que habrá un déficit a la carta para las Comunidades, favoreciendo a las regiones que han incumplido en 2012, creo que tiene más de fuegos de artificio que de una guerra real. A Rajoy no le viene nada mal que se ponga de manifiesto que Cataluña ha incumplido porque ha derrochado buena parte de su dinero en gastos suntuarios como una televisión que no se puede pagar, unas embajadas por todo el mundo que cuestan un dineral o un “delirio independentista” que no va a ninguna parte.
Mientras Rajoy deja crecer esta ola de indignación contra Cataluña, negocia bajo cuerda con Mas un déficit más elevado a cambio de que aparque la ofensiva independentista. Visto asà a muchos puede parecerle una insensatez, pero me temo que el presidente ha planificado muy bien su estrategia. Que se sepa que los gobiernos catalanes, que no los catalanes, han llevado a la quiebra a esta Comunidad y que lo amplifiquen los presidentes autonómicos para que los ciudadanos de toda España sepan que Cataluña pide más déficit porque no puede pagar sus desmanes.
Conseguido este objetivo, los barones del PP bajarán el tono de sus crÃticas, se alcanzará un acuerdo, se firmará la paz y se harán la foto en una cumbre  autonómica con la que Rajoy escenificará la unión de todos. Ninguno de ellos, como asà me lo han reconocido, llevará a Rajoy al matadero en uno de sus momentos de mayor debilidad polÃtica.
Una jugada maestra de un polÃtico, que muchos ningunean, pero que es mucho más listo de los que algunos creen. Asà lo creen algunos de los que más lo critican dentro de su partido.
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