A los máximos dirigentes de los partidos polÃticos les toca, en la mayorÃa de los casos, levantar el ánimo de los suyos, cuando las cosas vienen mal dadas. Les va en el sueldo y en la alta responsabilidad que asumen y, si se lo toman en serio, no tienen más remedio que convertirse en bálsamo que les levante el ánimo para no decaer en el intento.
Desde que empezó este año, el Partido Popular está siendo sometido a un continuo vapuleo. Primero fue el caso Bárcenas y ahora el acoso violento de un reducto de gente que parece no entender lo que es la democracia y se dedica a amedrentar a los diputados por las calles de España. Impresentable. Todo esto ha hecho mella en el partido, cuyas bases, en la mayorÃa de los casos, se dedican a trabajar en sus ciudades sin tener mucho que ver con lo que se mueve en las altas esferas del poder.Â
Por todo ello, la secretaria general del PP, MarÃa Dolores de Cospedal, se ha puesto manos a la obra para animar a los suyos y el martes decidió presidir la reunión del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados y enviarle un mensaje de resistencia pacÃfica porque ellos si que pueden ir “con la cabeza bien alta” para defender al Gobierno de Rajoy. Los diputados son hoy el lado débil del PP. Los insultan en sus ciudades, acosan sus casas y a sus familias.
Después de esta reunión, muchos de estos diputados, con los que pude hablar, se sentÃan especialmente reconfortados con las palabras de Cospedal. “Nos ha hecho ver la importancia del grupo, y eso es muy importante”, comentaba un veterano dirigente.
Cuando los radicales quieren echar a los polÃticos de la calle, Cospedal les animó a ocuparla y acercarse a los ciudadanos.Â
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