Decía Pablo Laso el pasado lunes que él sí que se había guardado alguna que otra cosilla de cara al encuentro de esta noche en Milán… Algo que según el técnico blanco también habría hecho su homólogo azulgrana, Xavi Pascual. Ambos están jugando al ratón y al gato antes del partido más importante de la temporada, el que decidirá cuál de los dos disputa el domingo el título de mejor equipo de Europa.
A estas alturas de la temporada, blancos y azulgranas conocen muy bien las virtudes y los defectos del rival. Se han enfrentado cuatro veces este año y, aunque el balance es favorable al Real Madrid, todos saben que ni uno ni el otro se parecen en nada a los equipos que se enfrentaron al principio de la temporada en la Supercopa o en el mes de febrero en la Copa del Rey.
El Barcelona es mucho mejor equipo. Ha recuperado a los lesionados de larga duración y ha conseguido, por fin, que los nuevos se acoplen a los sistemas de Xavi Pascual. Pullen ya no es la cabeza loca que llegó a Barcelona y en su muñeca (con récord de triples incluido en la ACB) se ha encontrado un filón de puntos complicados de frenar.
Algo parecido ocurre con Papanikolaou y Abrines, a los que el inicio de temporada les costó un mundo y que no encontraban su sitio, pero que, como demostraron el pasado sábado en Barcelona, son ya una realidad palpable en el conjunto azulgrana, cuya superioridad por fuera en el aspecto físico es ahora más evidente.
Para equilibrar el choque, Laso deberá apelar a la velocidad, su gran virtud y el caballo de batalla de los catalanes, a los que le faltan hombres rápidos para frenar el contragolpe madridista. Correr y correr. Sin miedo. Como en el resto de la temporada.
Entre los secretos mejor guardados de Pascual está la defensa en zona que tanto daño le ha hecho al Real Madrid en sus enfrentamientos esta temporada. Un arma de doble filo si los blancos tienen el día desde el perímetro. Por ahí, el Madrid necesitará más que nunca a un Jaycee Carroll aún en plena recuperación tras casi tres meses lesionado.
En la otra semifinal, el CSKA parte como gran favorito. Línea por línea es muy superior al Maccabi, que tendrá como arma principal el apoyo de más de la mitad del pabellón. Los israelíes han copado las entradas en Milán, donde son mayoría, pero con eso sólo será complicado ganar. Hickman, Devin Smith, Tyus, Schortsanitis… todos ellos deben hacer un partido casi perfecto para doblegar al gigante ruso comandado por Messina, el hombre que les llevó a sus grandes éxitos en la última década.
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