Pasan los días, las semanas y los meses y todo sigue igual en el baloncesto mundial. La FIBA erre que erre con sus ventanas de selecciones durante todo el año y la Euroliga buscando acaparar cada vez más trozo de la tarta a costa de las competiciones domésticas. Dimes y diretes; reuniones de oídos sordos. Y entre medias, los jugadores escuchando silbar las balas sin poder alzar la voz. Sin que nadie les escuche. El panorama es dantesco y, lo peor de todo, es que no hay un horizonte sin nubarrones.
Ayer, Jorge Garbajosa -presidente de la federación española- confirmaba durante la firma de un acuerdo con el Grupo VIPS la ausencia de novedades, al tiempo que reconocía, con una mezcla de alivio y tristeza, que para la próxima ventana sí que cuentan con todos los jugadores disponibles. Lógico, si tenemos en cuenta que por entonces habrá acabado ya cualquier competición oficial de clubes. Lógico también si tenemos en cuenta el compromiso que siempre han mostrado los jugadores con esta camiseta.
Esa disponibilidad sitúa a Sergio Scariolo en una complicada situación. «Un bendito marrón», reseñaba el dirigente ayer mismo. Porque tener a todos (o la mayoría de los jugadores NBA y Euroliga) no es un alivio siempre que siga latente el conflicto entre FIBA y Euroliga. Renovar la selección para una ventana es pan para hoy y hambre para mañana. Porque ganar en Eslovenia puede ser importante, pero también lo es mantener la estabilidad pensando en la segunda fase de clasificación. Esa para la que no estarán, de nuevo, las grandes estrellas.
Por eso, el «marrón» de Scariolo es doble. Por tener que elegir entre ‘todos’ y por tener que decidir si continúa con el grueso del grupo que ha llevado a España hasta esa segunda fase. Seguramente, si tenemos en cuenta que el italiano suele optar por el sentido común, la lista será una mezcla. Premio para jugadores como Colom o Pablo Aguilar. Aún así, el marrón seguirá en septiembre si Euroliga y FIBA se mantienen hieráticas en sus posiciones. Es ahí donde debe haber movimiento para que los jugadores dejen de ser moneda de cambio.
ACBEuroligaSelección Española