Amaneció Madrid soleado, como hacÃa dÃas que no lo hacÃa. LucÃa el sol en el cielo, pero no era por eso precisamente por lo que los jugadores blancos lucÃan gafas de sol en su peregrinar por el Ayuntamiento y la sede de la Comunidad de Madrid. Los excesos nocturnos (en unos se notaban más que en otros) y la larga celebración quedó reflejada en los rostros, felices por el trabajo bien hecho. Por una liga muy sufrida salpicada de decepciones como la de la Euroliga o la Copa del Rey.Â
La primera parada fue en Cibeles. Frente a la diosa, acordonada y rodeada de unos cientos de aficionados, los jugadores visitaron a Ana Botella y el resto de la delegación del Ayuntamiento de la ciudad. Vestida de blanco inmaculado y coronada por un broche de Madrid 2020, la alcaldesa recibió y aplaudió a los jugadores. “Anda que no se ha resistido la liga en volver a Madrid”, apuntaba Botella, en un acto algo soso por la ausencia de aficionados en el mismo.
La salsa le tocó ponerla a Felipe Reyes, capitán y MVP de la final, que tomó el micro para dar las gracias. “Menudo embolao que me ha caÃdo por haberlo hecho bien”, apuntó el jugador entre las risas generales.
Los codazos, llegaron después, ya en la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol. El recibimiento de Ignacio González fue con un vÃdeo con las diez mejores jugadas del último partido. El que le dio el tÃtulo a los blancos ante el Barcelona. Algún mate de Rudy (uno de los más solicitados por los aficionados a lo largo de toda la mañana), triples de larga distancia de Darden y Carroll, tapones… hasta llegar al número uno. Ahà estallaron todos. La jugada estelar de la noche, un mate de Begic, provocó la sorna de sus compañeros. Codazos por lo “bajini” ante la sorpresa del pÃvot esloveno, que aceptó las bromas gustoso.

El momento del balcón, fue el más complicado. Tocaba ofrecer la copa a la afición, esa que volvió a ver ganar a su equipo un tÃtulo in situ después de 20 años. Los nervios previos no eran curiosamente de los jugadores, sino de la gente de protocolo. La Puerta del Sol, convertida en los últimos meses en lugar habitual de protestas y manifestaciones, no era ayer una excepción. Varios colectivos que se expresaban a las puertas de la Comunidad aprovecharon la coyuntura para hacerse visibles, lo que empañó un tanto la celebración. Los cientos de seguidores que se acercaron hasta allà (la hora tampoco ayudaba) disfrutaron, aunque el himno atronador no permitiera cántico alguno.
De ahÃ, al final, lo que más hubo fueron prisas por volver al autobús. Alguno tenÃa ganas por pillar el asiento y poder descansar, por fin, tras unos dÃas intensos que culminaron con el triunfo en la liga. Descanso merecido… hasta el año que viene, cuando tocará “luchar por la Euroliga”, como reconocÃa el propio Felipe Reyes y exigÃa el presidente, Florentino Pérez.
