Emilio V. Escudero el 21 oct, 2010 A sus 20 años recién cumplidos, Ricky Rubio se encuentra en uno de los momentos clave de su carrera. Tras tocar el cielo con el oro del Europeo, la plata de los Juegos y quedarse a las puertas del «triplete» con el Barcelona, el base catalán ha visto cómo las cosas se torcían para él en los últimos meses. Señalado como uno de los culpables del desastre mundialista, a Ricky Rubio le está costando mantener su imagen de niño prodigio. Habitual en las crónicas de la ACB desde los 14 años, la sombra de Calderón le sobrepasó en Turquía y, ya de vuelta, el enfrentamiento ante los Lakers no firmó su mejor partido. Todo lo contrario que a Navarro, cuya actuación siempre que se mide con los angelinos es para enmarcar. La pregunta, inevitable, le cayó a Kobe Bryant en la rueda de prensa. ¿Ve a Ricky preparado para la NBA? «Seguro. Absolutamente. No tengo ninguna duda», respondía el astro americano, que, imagino, pasaba de meterse en berenjenales. Si repasamos los números de Ricky, su rendimiento desde que terminó la pasada temporada ha caído en picado. Durante la pasada liga regular, Rubio promedió casi 7 puntos por partido en 19 minutos de juego, con unos porcentajes de tiro que estaban por encima del 40%. Ya en el Mundial, y con el sambenito de titular indiscutible a cuestas, esas cifras comenzaron a bajar. Aunque jugó más (25 minutos de media), el tiempo que Scariolo le regaló sobre la cancha se tradujo en sólo 4 puntos (2 de 17 en triples) y un pobre 27% en tiros de campo. En su regreso a la ACB, las cosas siguen de capa caída para él. 20 minutos de juego, 4,6 puntos y un 21% en lanzamientos a canasta, al tiempo que Sada y Lakovic le van comiendo terreno. No tengo dudas, de que este bache, pasajero, no durará mucho. En el Barcelona tiene buenos técnicos para ayudarle a recobrar esa falta de confianza que le ha socavado el ánimo en los últimos tiempos. En Minnesota están convencidos de que va a ser el líder que necesitan para reflotar la franquicia. Tienen muchas esperanzas puestas en él. Pero antes de emigrar a la NBA, Ricky tiene aún dos sueños que cumplir: ganar la ACB, el único título que le falta, y ser reconocido como el mejor jugador de la liga. Le queda todo un año por delante para conseguirlo. Si lo logra, su próximo cumpleaños lo pasará en Estados Unidos. Está en su mano. Ah, por cierto, ¡Felicidades! ACB Comentarios Emilio V. Escudero el 21 oct, 2010