Emilio V. Escudero el 17 feb, 2011 Los buenos datos de la última final de Copa del Rey (casi dos millones de audiencia) esconden la realidad del baloncesto nacional. Más allá del Real Madrid o Barcelona, sustentados sobre la base económica de los dos transatlánticos del fútbol, o de la buena gestión del Caja Laboral, hay una inmensa mayoría de clubes que atraviesan por una situación económica muy precaria. El último en salir a escena ha sido el Joventut, un histórico contra las cuerdas, al que le ha salido un fan muy especial en su búsqueda de apoyos económicos. Robert de Niro, que se encuentra estos días rodando una película en Badalona, no ha dudado en posar con la camiseta de la Penya para mostrar su apoyo al equipo, que en los últimos días ha visto como su situación se complicaba. A pesar de reducir su presupuesto en la actual temporada (ha pasado de los 8,5 a algo más de 6 millones de euros), la entidad catalana no ha podido hacer frente al pago de los salarios en el mes de enero por culpa de un problema de tesorería. Un incidente que han aprovechado los jugadores para recortar sus sueldos en un 50% hasta que mejore el panorama. Un camino que ha seguido también Pepu Hernández y que se alargará “hasta que se regularice la situación del club”, tal y cómo ha reconocido a EFE el presidente de la entidad, Jordi Villacampa. La Penya, el único club junto al Real Madrid que ha disputado todas las ediciones de la liga de baloncesto, acumula una deuda de 15 millones de euros y desde el pasado mes de octubre se encuentra en concurso de acreedores. Su futuro pasa por la venta de activos y, más allá de los jugadores, la directiva está centrada en la venta de los terrenos que el club posee en el barrio de Canyet y la urbanización Mas Ram. El Joventut no es el único equipo que arrastra problemas económicos. Hace pocos meses veíamos cómo el Fuenlabrada tenía que desprenderse a marchas forzadas de su estrella, Esteban Batista, para cuadrar el presupuesto de la presente temporada, en la que no han sido capaces de encontrar patrocinador. Una dificultad común para muchos otros de cara al próximo año. Una incertidumbre que se “come” el baloncesto nacional, que ya está debatiendo nuevas fórmulas para relanzar el actual sistema de competición. A más emoción, mayor interés para atraer a las marcas. La solución es complicada. Mientras tanto, en la Penya ya se han remangado. A ver si hay un final de película. Un final feliz. * FOTO: DKV Joventut ACB Comentarios Emilio V. Escudero el 17 feb, 2011