Anda enfrascado el baloncesto nacional en un cisma que no por cíclico (se repite cada cierto tiempo, cuando toca renovar el convenio colectivo) deja de ser preocupante. Como casi siempre en este tipo de conflictos laborales, el meollo de la cuestión está en el dinero. Cifras más o menos grandes que se disfrazan y esconden detrás de mejoras sociales y beneficios como más días de vacaciones, cuando al final, lo que importa, es el dinero.
Las reivindicaciones de uno y otro serán sometidas a debate el viernes por la mañana (11.00 horas) y no el jueves como alguno se había columpiado en anunciar. Será ese el día en que ACB y sindicato de jugadores se vean las caras para ver si la normalidad vuelve al baloncesto nacional. En esa reunión, el punto discordante será uno y no más: los derechos de imagen, también llamado Fondo Social. La financiación del sindicato. El resto (vacaciones de navidad, fondo de garantía salarial, salario mínimo…) está más o menos solucionado. Pero lo gordo, el asunto que hizo que ambas partes rompieran las negociaciones y que ha llevado al baloncesto español al borde del precipicio es el mencionado Fondo Social.
La ABP (Asociación de baloncestistas profesionales) exige que los clubes sigan pagando como hasta ahora una compensación por los derechos de imagen que los jugadores generan con sus campañas publicitarias y demás. Una cantidad que, según la ACB, los clubes ya abonan a cada jugador en sus contratos. El tira y afloja se cifra en algo menos de medio millón de euros. Una cifra que no es muy significativa y que refleja la brutal crisis que atraviesa el deporte de la canasta en nuestro país.
Sin patrocinadores fuertes, los clubes tienen que hacerse fuertes en cada parcela para intentar salvaguardar su supervivencia. Lo que hace unos años eran las “migajas” del convenio, se ha convertido ahora en el punto de inflexión. La madre de todas las batallas que, a pesar de la medida de fuerza que ha supuesto la convocatoria de huelga, se terminará solucionando con la mediación del Secretario de Estado, que no puede permitirse otro escándalo en el deporte nacional. Habrá que ver quién sale ganando, porque lo que se firme será la paz para los próximos cuatro o cinco años.
ACB
