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Blogs Orientaciones por F. Pastrano

Al Minotauro le gusta el vino de Rueda

F. Pastranoel

Si los antiguos cretenses (2000 – 1450 a.C.) hubieran tenido GPS, el mito del Minotauro no habría existido. O dicho de otro modo, Ariadna podría ser considerada la patrona del sistema de posicionamiento por satélite. Me explicaré.

Fresco sobre el mito del Hilo de Ariadna en las bodegas Yllera. (Fotos: Pilar Arcos).

El Minotauro (Toro de Minos) era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro fruto del pecado de zoofilia entre la casquivana reina cretense Pasifae y un hermoso toro blanco bragado y libinidoso, que el dios Poseidón había regalado a su marido, el rey Minos, a quien no le caía muy bien que digamos.
El niño, que llevaba bien visibles los cuernos que en realidad le correspondían al padre, creció sano y fuertote en un laberinto en el que, avergonzado, le había encerrado el rey.

Un rincón del laberinto.

Cuando ya era mayorcito, el rey Egeo (enemigo de Minos) envió a su apuesto hijo Teseo al laberinto para acabar con el Minotauro. Ariadna, hermanastra del Minotauro al que odiaba, se prendó del apuesto héroe, y para que supiera regresar una vez muerto el bóvido, le dio un ovillo de hilo que Teseo ató en la puerta del laberinto y fue devanando según penetraba en él. Una vez aniquilado el Minotauro, Teseo no tuvo más que seguir el hilo que le condujo de vuelta hasta la salida.
Hoy, la expresión “el hilo de Ariadna” la utilizamos (solo unos pocos, todo hay que decirlo) para referirnos a que una serie de indicios, observaciones y deducciones nos llevan a la solución de un enigma que parecía irresoluble.

Barricas en el Hilo de Ariadna.

Pues tomando como excusa este cuento mitológico, el Grupo de Bodegas Yllera ha creado una original propuesta enoturística, “El Hilo de Ariadna”, que se desarrolla a modo de aventura para todos los públicos en un laberinto subterráneo, que forma parte de un entramado de bodegas de 2 km. de longitud en el subsuelo del pueblo de Rueda, Valladolid.

Viejas barricas decoran los pasadizos.

Un hormiguero para humanos, a más de 20 metros de profundidad, que se ha salvado del abandono y el derrumbe, en el que nos encontramos una decena de salas dedicadas a otros tantos episodios del mito cretense, y que relacionan con los vinos más famosos de Yllera como Bracamonte, Cantosán, Yllera Verdejo o la joya del grupo, Yllera Dominus, dedicado al dios mitológico del vino. A través de la figura de Dionisos, el recorrido explica también la influencia en el Mediterráneo del culto al vino y su expansión hasta llegar a España.

Entrada a las bodegas en el pueblo de Rueda.

Rueda, cuyo subsuelo está horadado desde el siglo XIV por docenas de kilómetros de túneles, algunos perdidos, está tan solo a una hora y media de Madrid. El recorrido subterráneo dura unas dos horas y puede hacerse por 8€ (visita, una cata-degustación de Yllera Verdejo D.O. Rueda e Yllera Crianza Vinos de la Tierra de Castilla y León, y un aperitivo). Que se puede y debe completar con una comida o cena típica de bodega (menos de 40€) en el restaurante mudéjar, también subterráneo, que representa el Palacio de Cnosos, dónde vivió el rey Minos y su hija Ariadna, y desde dónde mandó construir el laberinto.

Con Jesús Yllera y su hijo Marcos en la tienda de la bodega.

La familia Yllera, capitaneada por el cofundador del Grupo, Jesús Yllera, y sus hijos Marcos y Carlos, ha sido pionera en la elaboración del blanco verdejo en la zona de Rueda y es miembro fundador del Consejo Regulador de la D.O.Rueda, la primera denominación creada en Castilla y León.
Sus bodegas fueron fundadas en 1970 y están presentes en cuatro denominaciones de origen: Rueda, Ribera del Duero, Rioja y Toro y también cuenta con la certificación geográfica Vinos de la Tierra de Castilla y León.

Jesús Yllera nos muestra una botella de Vendimia Seleccionada, flanqueado por el frizzante 5.5 y el vermú El Hilo de Ariadna.

Además de los tradicionales blancos de Rueda, y tintos de la Ribera de Duero y la Rioja, Yllera ha apostado por una nueva categoría de vino en España, el frizzante Yllera 5.5 en tres modalidades (rosé, verdejo y tinto), y un vermú muy personal al que han bautizado, cómo no, como “El Hilo de Ariadna”.

FOTOS: PILAR ARCOS

 

 

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