He pasado algunas semanas probando Echo Studio, el nuevo “super altavoz inteligente” de Amazon. Y he de decir que la experiencia ha sido realmente satisfactoria, tanto usándolo en solitario como emparejándolo con otros dispositivos. Hasta ahora, mi experiencia con otros altavoces portátiles me había llevado a establecer una clara escala de preferencias, encabezada por el magnífico HomePod de Apple y las últimas novedades de Sonos. Pero las extraordinarias capacidades del Echo Studio lo han hecho pasar, de golpe, hasta los primerísimos puestos de la lista. Y todo por un precio de 199,99 euros, muy por debajo de los 329 euros que cuesta cada HomePod o los 399 del último Move, de Sonos.
El Amazon Echo Studio tiene 17,5 cm de alto y 20 de ancho, con un peso de 3,5 kg. El altavoz está recubierto por una malla de tela y presenta una curiosa ranura en su parte inferior. Echo Studio llega con una potencia nominal de 330 W, dispone de tres altavoces de dos pulgadas para los tonos medios, un twitter de una pulgada para agudos y un woofer de 5,25 pulgdas para resaltar los graves, cosa que hace enviando el sonido hacia la citada abertura de la parte inferior del altavoz. Y todo ello apoyado por la tecnología Dolby Atmos, un sonido en 3D que envuelve al usuario y que hace que la música parezca llegar de todas partes, y no desde el punto en el que se encuentra el altavoz.
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