Se trata de las producidas por la colisión de dos agujeros negros que, unidos, han formado otro de 49 masas solares.
La colaboración internacional LIGO (Laser Interferometer Gravitational-wave Observatory) acaba de anunciar su tercera detección de ondas gravitacionales, ondulaciones en el tejido del espaciotiempo, demostrando que esta nueva forma de observar el Universo está arraigando con rapidez. Igual que en las dos detecciones anteriores, las ondas gravitacionales se generaron cuando dos lejanos agujeros negros se fusionaron para formar otro más grande.
El agujero negro surgido tras la colisión tiene una masa equivalente a 49 veces la del Sol, lo cual lo sitúa justo entre las masas de los dos agujeros negros detectados previamente por LIGO, de 62 y 21 masas solares, respectivamente.
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Ciencia