Un estudio realizado sobre 501 pescadores que tomaron parte en las tareas de limpieza de chapapote tras el desastre del Prestige en 2002 revela síntomas de lesiones cromosomáticas y problemas respiratorios como consecuencia de su exposición prolongada al vertido de crudo.
El estudio, llevado a cabo por investigadores españoles entre septiembre de 2004 y febrero de 2005, acaba de ser publicado en Annals of Internal Medicine.
Como se recordará, el 19 de noviembre de 2002 el petrolero Prestige, que navegaba bajo bandera liberiana, se partió frente a las costas de Galicia provocando el mayor vertido (64.000 toneladas de crudo) jamás producido en Europa. La mancha de petróleo se extendió a lo largo de miles de km. frente a las costas españolas, francesas y portuguesas.
Miles de voluntarios acudieron para colaborar en las tareas de limpieza, tanto en mar como en tierra. Ahora, los expertos advierten sobre los riesgos para la salud de los voluntarios. “Aquellos que participaron en la limpieza -asegura el estudio- muestran una mayor prevalencia de síntomas respiratorios, un elevado nivel de marcadores que sugieren daños producidos al inhalar los gases del vertido y un mayor número de alteraciones cromosomáticas en los linfocitos con respecto a aquellos que no participaron en las labores de limpieza”.
Estos daños en los cromosomas, prosigue el texto, constituyen un “marcador temprano de genotoxicidad asociado a un aumento del riesgo a padecer cáncer”. Por todo lo cual, concluye el estudio, “la participación en la limpieza parece tener efectos nocivos para la salud”.
Sin embargo, los propios investigadores advierten que “el estudio no prueba que la exposición al crudo sea el causante de las anomaías”. Añade, además, que “los hallazgos no pueden ser extrapolados a otros tipos de vertidos de petróleo”, y que por lo tanto “no pueden predecir qué efectos sufrirán los individuos expuestos a otras clases de vertidos, como es el caso del producido en el Golfo de México”.
Sin embargo, los investigadores instan “a las autoridades responsables de organizar las operaciones de limpieza a tomar las medidas necesarias para garantizar la salud de aquellos que participen en esas actividades y a establecer registros que evalúen sistemáticamente los posibles riesgos para la salud de los trabajadores”.
