Los actuales habitantes de la isla y el «hombre de flores» desarrollaron su característica baja estatura de forma independiente, a lo largo de la evolución
En el año 2004, un pequeño esqueleto fósil (de apenas un metro de estatura) hallado en una cueva en la Isla de Flores, Indonesia, resultó ser una especie humana hasta entonces desconocida. Apodado como el «hobbit» (oficialmente Homo floresiensis), sigue siendo en la actualidad una especie misteriosa y cuyas relaciones con los humanos modernos son desconocidas.
Curiosamente, entre los habitantes actuales de Flores también existe una población de pigmeos que vive en un pueblo cerca de la cueva Liang Bua, donde se encontraron los fósiles. Dos poblaciones pigmeas, pues, en la misma isla tropical, aunque separadas por una distancia de decenas de miles de años. La pregunta es inmediata: ¿Están ambas relacionadas? Una cuestión aparentemente simple, pero cuya respuesta ha necesitado de más de una década de investigación.
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