Con los cielos del Planeta rojo de nuevo despejados, los científicos de la misión esperan que el veterano rover consiga reactivarse y llamar a casa.
El pasado 30 de mayo, los científicos de la NASA detectaron las primeras señales de una gran tormenta de polvo en Marte. Apenas unos días después, la tormenta empezó a extenderse hasta cubrir toda la superficie del planeta, y los ingenieros del Jet Propulsion Laboratory decidieron “poner a dormir” al veterano rover Opportunity, que lleva ya casi 15 años de misión en el planeta rojo.
Ahora, casi dos meses después, los cielos marcianos están, finalmente, despejándose, y los ingenieros de la agencia espacial norteamericana cruzan los dedos mientras esperan con ansia que el rover “llame a casa”.
El último contacto con Opportunity fue el pasado 10 de junio. Desde entonces, el vehículo robótico ha permanecido desconectado y completamente aislado en el “Valle de la Perseverancia”, un barranco en el borde occidental del cráter Endeavor, a 45 km de su punto de aterrizaje y el lugar donde ha tenido que soportar semanas enteras de vientos huracanados y el azote de toneladas de polvo y rocas marcianas.
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Ciencia