Según la teoría general de la Relatividad de Einstein, un cuerpo muy masivo, como por ejemplo una estrella, y que esté en rápida rotación, tiene la capacidad de “arrastrar” el sus giros al propio espaciotiempo. Lo cual hace que la posición de cualquier planeta o cuerpo que orbite a su alrededor sea ligeramente distinta de la que debería ser en base a la física clásica de Newton. Este efecto de arrastre, conocido como efecto Lense-Thirring, debe su nombre a los físicos austríacos Josef Lense y Hans Thirring, que lo dedujeron por primera vez en 1918.
Para un observador distante, el efecto Lense-Thirring hace que el tiempo transcurra más rápidamente en los cuerpos que están en órbita que en el propio objeto en rotación. Lo cual implica también que la luz que viaja en el mismo sentido de la rotación se moverá más deprisa de la que viaja en sentido contrario.
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