El misterio dura ya setenta y un años. Se trata de la súbita desaparición de tres estrellas, tres astros brillantes que en un momento se veían claramente en las placas fotográficas de los astrónomos pero que al siguiente ya no estaban allí, dejando un negro vacío en el mismo lugar en el que poco antes se encontraban.
Fue el 19 de julio de 1952, en el legendario observatorio de Monte Palomar, en California, donde un equipo de astrónomos llevaba a cabo un estudio fotográfico del cielo nocturno. Se trataba de tomar múltiples imágenes de la misma región de espacio en momentos diferentes para buscar después las diferencias e identificar así objetos de paso, como cometas o asteroides.
Alrededor de las 20:52 de esa tarde, la placa fotográfica registró la luz de un compacto grupo de tres estrellas, muy próximas entre sí. Con una magnitud 15, su brillo se distinguía perfectamente en la imagen. Menos de una hora después, a las 21:45, los científicos volvieron a fotografiar exactamente la misma región del cielo, pero las tres estrellas ya no aparecían por ninguna parte. Habían desaparecido por completo, sin dejar rastro alguno.
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Ciencia