Durante la campaña presidencial del senador Charles Palantine que subyace en segundo plano en Taxi Driver, como si no hubieran pasado 40 años, el lema que reza es «We are the people». Ese es el discurso que reivindicó Iñigo Errejón durante la conversación que mantuvo en los Teatros Luchana con Pere Rusiñol, Edu Galán y Darío Adanti de la revista satírica Mongolia. «Todos los caminos de la humanidad empiezan con “We are the people” y no con “We are the left”», reconociendo que nunca votaría a Trump, a pesar de que Hillary es una hipócrita.
Ante todo, fue una reflexión sobre la izquierda, con afirmaciones que levantan ampollas. «Un partido de izquierda no sirve para gobernar España», marcando distancias con el sector más extremo de Podemos. Y con ese realismo mágico del socialismo, con «un planteamiento marciano que soñaba con que vinieran hombres forzudos con peto de trabajo de otro planeta y marcharan por grandes avenidas». Para Errejón si no pensara que se puede conseguir a corto plazo un Gobierno del cambio, «no me levantaría todos los días».
Mirando los datos del CIS, el número dos de Podemos recordó que el «PP sigue siendo el primer partido de España». Y que Mariano Rajoy ha sido capaz de transmitir el «mensaje de que cualquier cambio es a peor. Como canta Def con Dos, es preferible la injusticia al desorden».
Reconoció no ser marxista. «No lo he abandonado, porque no lo soy». Y recordó una anécdota que cuenta Alberto Garzón. «Cuando digo que soy comunista nadie me cree. Cuando Pablo Iglesias dice que no lo es, nadie le cree». Tampoco se cree las teorías de la conspiración, esas «manos negras» que tanto le gusta buscar a Iglesias para justificar a los suyos. «Nos han golpeado a todos los portavoces. Hemos sido juzgados con mucha dureza. Los periodistas han hecho su trabajo».
No quiso mojarse sobre el proceso de primarias que termina este miércoles, a pesar de la insistencia de Galán que le repitió varias veces: «¿Eres más de Rita?». Contestando: «Soy el secretario político de todos», ante la atenta mirada de Maestre, líder de la candidatura Adelante Podemos, que devoraba cada palabra, disfrutando del espectáculo como si estuviera en el cine. Sólo le faltaban las palomitas.
Errejón fue a reírse de si mismo. «¿Eres menos peligroso que Pablo Iglesias?», le preguntaron. «Hombre. Teniendo gafas», respondió provocando la hilaridad en un público entregado. «¿Menos peligroso para el Ibex 35?», le insistieron. «Dar miedo a los poderosos no es el objetivo. Dar miedo a los que mandan es un efecto secundario».
Se los llevo a todos de calle, en una entrevista a tres con tono amable, que en ningún momento se convirtió en un frontón. Errejón, con su labia, su densidad, evitó las preguntas más incomodas y eludió responder si su líder «es soberbio y agresivo» o si es el «gran Pitufo gruñón de la izquierda».
De esta guisa, me quedé con las ganas de preguntarle si no había pensado presentarse a las primarias del PSOE, ya que «Pedro Sánchez está en California», en lugar de quemando rueda por Albacete.
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