En su avatar de twitter, Podemos hace una declaración de intenciones: «construyendo alternativa al inmovilismo». Para seguir esta máxima han pensado que lo mejor es movilizarse con un autobús, fieles a estar más en la calle que en el Congreso.
Olvidándose de acoplarle otro de sus instrumentos para hacer polÃtica: un altavoz. Tipo esas furgonetas que proclaman las bondades del afilador, el tapicero o el colchonero. Les habrÃa quedado una propuesta más castiza, que no más casta, que esa palabra ya no se lleva, y más acorde a su demagogia barata.
Después de cargar contra la misa de La 2, se han pasado toda la Semana Santa pensando en un nuevo despliegue de maniobras, para terminar copiando descaradamente al autobús de «Hazte OÃr», sin penes ni vulvas, sino con caras mezcladas al tuntún, donde da igual estar investigado, ser periodista, empresario o expresidente. Churras con merinas. PolÃtica espectáculo para rodar su propio road movie.
Un claro ejemplo de cómo funciona la posverdad. Es mucho más sencillo usar frases de brocha gorda, enmascarada detrás de una supuesta «labor pedagógica», sin contar nada nuevo, sólo crear un latiguillo que usar todos a una en sus múltiples conexiones en directo. Marketing pueril. Propaganda sin trasfondo.
A Podemos le aburre hacer polÃtica, ellos son más de buscar dianas y golpes de efecto, para seguir beneficiándose del asco que le produce a los españoles la corrupción polÃtica. En lugar de denunciar en los juzgados ese entramado de poder, se han inventado una nueva ruta turÃstica. Parece que sus 71 diputados no les sirven para cambiar nada.
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