Valentino, el gran duende de la moda italiana, es también un maestro en el arte de recibir. A través de los años, sus casas y su barco han sido lugar de reunión para personalidades del mundo de la moda y la prensa mundial.
En el Chateau de Wideville, su residencia cerca de París, Valentino ha organizado famosas fiestas en un espacio que rivalizaría con las delicias de Versalles y Maria Antonieta.
Nunca ha dudado en contar con los mejores para que le echen una mano. En Roma, contó con la ayuda de Renzo Mongiardino para restaurar y decorar su casa de la Via Appia Antica.
Valentino contó en varias ocasiones con Lorenzo Mongiardino, uno de los mejores arquitectos y decoradores del siglo XX, que creaba escenografías más propias del teatro que de una casa particular. Otros clientes de Mongiardino fueron Onassis, los Agnelli, Versace o Guy de Rothschild. Su labor en el cine, le valió dos nominaciones sin fruto.
Fotografía: Oberto Gili
Sobre Valentino ya se han publicado otros libros, pero ahora se lanza a presentarnos sus ideas sobre decoración, recetas y el arte de la mesa.
En “Valentino at the Emperor’s Table”, Garavani da un repaso a sus filias y fobias, su manías decorativas, su delicioso exceso y su arsenal de impecable menaje. Es consciente de que algunas presentaciones pueden parecer exageradas y que lavar los platos luego es labor de chinos, pero su amor por las cosas bonitas le ha llevado, desde niño, a admirar, venerar, coleccionar y jugar con las piezas más increíbles. Con maravillosas fotografías de Oberto Gili, la editorial Assouline lanza ahora una irresistible obra de l’art de la table.
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