Pasan los días de la semana de la moda de Nueva York y cada vez cae más nieve en la ciudad.
La fuente del Bryant Park, helada. Su base, cada año más débil por las heladas, corre peligro. Lo solucionarán rápido. Tampoco es la Capilla Sixtina.
El río Hudson está parcialmente helado. El hielo rodea los grandes barcos de crucero.
Con el paso de los coches, taxis y autobuses las calles se limpiaban de nieve.
Pero hoy ya no tiene solución la cosa.
Pero hoy, pasear resulta una aventura glacial.
Los desfiles son el principal motivo de muchas visitas.
Jason Wu mostró una colección brillante. No fue el único.
Entre desfile y desfile, siempre queda aprovechar para visitar establecimientos únicos. La papelería “Il papiro” trae los mejores cuadernos y papeles pintados a mano de Florencia.Un deleite para los aficionados al papel y la escritura. http://www.ilpapirofirenze.com/
Mientras acaban el nuevo local de Rizzoli, que cerró su maravillosa e histórica librería de la calle 57 para abrir en primavera de este año en Broadway – junto a Madison Square- nos podemos conformar con la librería The Strand en el Village. www.strandbooks.com
Un paseo por Eataly, ofrece las posibilidades gastronómicas más variadas: una verdadera revisión de la cocina italiana, en el corazón de Nueva York. http://www.eataly.com/
Fivestory. Escondida en el muy chic Upper East Side, esta casita alberga colecciones de ropa de los mejores modistos italianos y sofisticados libros de moda. Bolsitos de Mary Katrantzou y Olympia Le-Tan, acompañan a las colecciones de zapatos de Gianvito Rossi. www.fivestoryny.com
El original John Derian abre su tienda a curiosos y coleccionistas. Decoupages, bandejas de marruecos, papeles hechos a mano, dibujos y demás artículos de decoración, sorprenden a neófitos y leales. www.johnderian.com
Un momento de descanso para reponer fuerzas en Indochine, el histórico restaurante asiático que tantas décadas y tantas caras conocidas a visto pasar. Su decoración, ya emblemática, es otro de sus atractivos. www.indochinenyc.com
Cenar en el Standard Grill es un valor seguro. Todos los platos son apetecibles y el lugar, acogedor. Y acabar con un combinado, es lo más típico de Nueva York.
De camino al hotel, las calles vacías, la nieve y los letreros luminosos, nos acompañan.
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