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Marcela Temer, la nueva primera dama brasileña

Marcela Temer, la nueva primera dama brasileña
María Luisa Funes el

La nueva primera dama brasileña, cosecha miles de seguidoras y detractoras en su país. Marcela Temer, nacida Tedeschi, se ha convertido esta semana en primera dama de Brasil. Desde que apareció en la toma de posesión de Dilma Rousseff en su primer mandato de 2011, Marcela Temer llamó la atención por su juventud y sus peinados. La prensa y el público brasileño no han dejado de comentar sus estilismos en estos últimos cinco años en los que su marido ha sido vicepresidente del país. La nueva primera dama es muy distinta a sus predecesoras, pero quizás su estilo guarde similitud con el de muchas brasileñas y otras primeras damas latinoamericanas del momento. Quizás lo más curioso en ella sea una poco refinada mezcla de estilo antiguo, con detalles radicalmente modernos. Repasamos algunos de los elementos que más han llamado la atención.

  1. La trenza ladeada de Marcela Temer, ha creado escuela en Brasil. Ahora, una legión de brasileñas imitan a su nueva primera dama y en revistas, webs y programas de televisión, los peluqueros explican cómo conseguir hacerse el tocado en casa. No es más que la trenza ladeada de toda la vida, un look algo “poligonero” por aquello de la asimetría exagerada.

  2. El tatuaje en la parte posterior del cuello -con el nombre de su marido-, quizás sea lo más asombroso de Marcela, algo que se adapta más a sus treinta y tantos años que a los más de 70 de su marido y quizás un detalle muy poco fino.

  3. Luciendo brazo. Siempre que puede, la nueva primera dama muestra sus brazos hasta el hombro, incluso cuando es protocolariamente más correcto una marga más extendida. Tiene una buena percha, se gusta y presume con los resultados de su gimnasia diaria. 

  4. Eterna falda. Probablemente siguiendo las preferencias de su marido, Marcela Temer contrasta detalles ultra modernos con tradicionales vestidos, evitando los pantalones. Los largos de sus faldas son prudentes, y alterna algunos modelos inspirados en el estilo de Doña Letizia -ceñidos, drapeados y en tonos discretos- con otros de más vuelo.
  5. Pocas joyas. En un gesto de modernidad, utiliza pocas joyas, sobre todo si se trata de pulseras que pudieran desviar la atención de sus brazos. En cambio, y quizás tratando de copiar en cierto modo a nuestra Reina, colecciona pendientes y nunca aparece sin un par bastante visible. 

  6. Escotes recargados. Un ramalazo algo cursi y anticuado de Marcela Temer son algunos de sus escotes, llenos de puntillas, zigzags, bordados y detalles microscópicos, que hacen pensar en los saltos de cama de la época de su abuela.
  7. Maria Antonieta. Quizás lo más criticado, en un país que pasa la tremenda crisis que atraviesa Brasil, sea la enorme cantidad de prendas y accesorios que la señora Temer luce, así como los precios de algunas de las marcas que utiliza. No en vano, la prensa brasileña se ha hecho eco del apodo que algún medio británico le había adjudicado a la nueva primera dama: Maria Antonieta.
  8. Para empeorar las cosas, su madre -Norma Tedeschi- y su hermana, en un despliegue de derroche, circulan por Brasilia y Río comprando en las boutiques más caras, acudiendo a los médicos estéticos más renombrados y haciendo un alarde de poderío económico muy criticado, que no beneficia a la imagen de la nueva primera dama. Algunos medios han comentado la insistencia de Marcela a su marido, para que compre en Brasilia una mansión valorada en más de 6,5 millones de euros para que puedan residir allí su madre y su hermana.
  9. En el Palacio de Jaburu, la residencia oficial del vicepresidente de Brasil, Michela Temer contaba hasta ahora con la ayuda de cuatro doncellas para organizar, limpiar y planchar su vestuario, un detalle que ha llamado la atención al público brasileño.
  10. Sin estilista. Según esteticistas cercanas, Marcela Temer se maquilla sola y no tiene estilista personal, algo lógico viendo que sus atuendos, siendo correctos, están lejos de ser espectaculares. Las mismas fuentes, han declarado a la prensa brasileña que la Temer es “presumida pero no vanidosa”. Recién llegada a su nuevo rol, el estilismo de Marcela Temer promete dar más que hablar a partir de ahora.
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