Ha pasado la era de los logos, por el momento. Hasta los chinos, recién llegados al mercado de la moda de más alto nivel, que iniciaron copiando accesorios plagados de monogramas, se están dando cuenta de que “fardar” de modo evidente no es lo más. Pero decimos por el momento, porque las modas empiezan llevando la contraria a lo establecido, por lo que la moneda puede volver a darse la vuelta.
Louis Vuitton, viendo decrecer las ventas de su famosísima “Lona Monogram” que tanto les ha hecho ganar y que les ha dotado de personalidad, aligera ahora la presencia de su marca y su logotipo en sus productos. La modelo australiana Jessica Hart protagoniza el catálogo de este verano, en un desfile de imágenes playeras con accesorios sin su eterno monogram.
pVestidos de verano, bikinis, zapatillas, bolsos y gafas para todas las horas del día en la última colección realizada por Marc Jacobs, aunque en realidad los accesorios y demás tienen jefes de producto independientes que no trabajan siempre con los equipos de las colecciones de los desfiles.
Desde otoño próximo será Nicolas Ghesquière el capitán del barco creativo de Vuitton.
Y no hay ni rastro del Monogram de toda la vida. Hacen bien. Han comprobado que las marcas que suben fuerte son las que hacen gala de gran discreción, como Bottega Veneta, MiuMiu, Prada o Saint Laurent. Mucho han tardado en Louis Vuitton en dejar de depender tanto de una simple aunque histórica lona barnizada.
Otros temas