En 1936, dos pasteleros abrieron en Milán Sant Ambroeus, no muy lejos del Teatro de La Scala.  Se trataba del nombre del santo patrón, Saint Ambrogio, pronunciado al estilo milanés.

Ahora, presentes ya en Nueva York con varios restaurantes – y en Palm Beach- , se han convertido en un clásico de la Gran Manzana, a donde llegaron en los años 80.

De la mañana a la noche, se puede disfrutar de Sant Ambroeus en el West Village, el Soho, el Upper East Side e incluso en Southampton.

Su pasta y su vitello tonnato son dos apuestas seguras presentadas en entornos cuidados que frecuentan personalidades del mundo del arte, la literatura y la moda.