Kate Middleton se ha convertido en un personaje de interés mundial. Ha corrido por las redes en las últimas horas un reguero de pólvora indicando que la duquesa de Cambridge podría protagonizar la portada del número de septiembre de Vogue USA.
Si bien ni su formación, ni sus conocimientos, ni su experiencia le otorgan gran interés, Katherine tiene todas las papeletas para ser la futura reina de Inglaterra y esto le otorga un gran atractivo para la prensa.
Se dice que la todopoderosa Anna Wintour, editora de Vogue USA y británica de nacimiento, estaría intentando por todos los medios convencer a la duquesa de Cambridge para que aceptase presidir la portada de su revista en septiembre. Qué duda cabe que a Katherine no le importaría nada protagonizar un número de Vogue, sino todo lo contrario.
Anna habría ofrecido a Katherine la posibilidad de presentarse realizando labores humanitarias, así como de elegir fotógrafo y cualquier otro detalle sobre el reportaje interior. Katherine cubriría una portada que han protagonizado las modelos más importantes de las últimas décadas: si, las modelos, claro.
Ya se habló de lo mismo hace ahora cuatro años, cuando se casaron los duques de Cambridge y Katherine se convirtió en un personaje de importancia global. Desde entonces, en varias ocasiones se ha especulado con la misma posibilidad, aunque siempre se ha comentado que la reina Isabel II no estaba a favor. Aparentemente, no le parecía adecuado ocupar portadas de revistas del género, y -aún menos- en ediciones de otro país.
Y es que la Monarquía británica, tras los durísimos años que siguieron a los divorcios de casi todos los miembros de la familia y a la muerte de la princesa Diana, desea mantener las cosas en esa balsa de aceite en la que están desde que el príncipe Guillermo tomó más protagonismo.
Katherine Middleton debería tener en cuenta que -como siempre en la vida- el enemigo se encuentra dentro del mismo bando. Se especula mucho entorno a quién sucederá a la reina Isabel. Y siempre hay alguien dispuesto a fastidiar la reputación de una joven con todo el futuro por delante.
La Wintour, por su parte, estaría deseando poner pica en Flandes y ser la primera y única en sacar a Kate voluntariamente en su portada. Considera que tiene que “glamourizar” su revista, después del traspiés de haber tenido en su portada de abril del año pasado a la pareja más hortera del globo, Kanye West y Kim Kardashian.
Anna Wintour, con la presión financiera al cuello, tuvo que acceder a retratar la “glamurosa vida” de Kanye y Kim, porque son una de las parejas más seguidas en USA: generarían ventas de más ejemplares. Para gran disgusto de la revista, no consiguieron vender más y además se alejaron de su público objetivo de WASPS (White, Anglo-Saxon and Protestant, o sea, blancos, anglosajones y protestantes, el potente grupo que forma la clase alta de la sociedad norteamericana).
Aunque desde Buckingham no se admitan estos comentarios, a buen seguro Anna Wintour está tentando a la duquesa, que sabrá que su difunta suegra protagonizó alguna portada. Claro, que eso no llevó a Diana a buen puerto.
Es probable que Kate Middleton caiga en las redes de la portada de la revista norteamericana, pero puede que esto ocurra más tarde que pronto. Si estuviese en su lugar, no me daría mucha prisa. Y desde luego, no elegiría la edición de un país al otro lado del charco.
