Gucci pelea por seguir adelante. En un mercado cada vez más competitivo, la otrora marca estrella de la industria del lujo y la moda de más alto nivel, va perdiendo ventas.
Años después de la marcha de su estelar equipo de diseño -capitaneado por Tom Ford- y de su eficaz equipo de gestión -liderado por Domenico De Sole- las ventas siguen sin remontar.
La creatividad, la calidad y el efecto sorpresa ha ido debilitándose en estos últimos años.
La avaricia rompe el saco. Una expansión exagerada de la red comercial y un abuso de cierto materiales y logos han cansado a su clientela y han apartado a nuevos posibles “enamorados” de la marca.
Kering no ha emitido ningún comentario con respecto a las espectativas de Gucci en los próximos trimestres. Pero en un entorno cambiante, ante el cansancio que provocan los logotipos más trillados, tendrán que ser muy creativos. Gucci pelea con fuerza para no bajar más peldaños.
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