En Andalucía, el traje de Amazona es un clásico que a menudo las señoras dejan atrás en detrimento del más cómodo traje de corto, con pantalones y zahones. Este traje de monta a la vaquera utilizado en ferias, romerías y concursos, es un invento europeo del siglo XVIII que se adaptó al estilo español.
Llegó a formar parte del guardarropa ecuestre de la reina Victoria Eugenia, tan aficionada a montar a caballo como su abuela, la reina Victoria de Inglaterra.
La montura vaquera de amazona lleva dos topes – o corneta- que ayudan a la caballista a sujetarse con una pierna, dejando la otra en el estribo.
La falda es amplia y se abotona para montar. La chaquetilla campera, con el botón superior abrochado y en ocasiones un broche o alfiler, va con un chalequillo a juego sobre una sobria camisa blanca con botonadura. A modo de cinturón, una guía con pañuelo de seda.
El traje de amazona rondeño o goyesco, hecho con tejidos lujosos y terciopelos, con alamares y caireles, se acompaña del sombrero calañés o catite, al que dedicaremos otro artículo. Debajo se puede llevar un pañuelo anudado. El traje de amazona vaquero, en tonos grises y telas más ligeras, se combina con sombrero cordobés de ala ancha inclinado ligeramente al lado izquierdo. La baqueta, una fusta gruesa, se mantiene sobre el caballo para que note presión donde no hay pierna apoyada. Las botas camperas – o el botín con polaina- y el reloj de bolsillo al lado derecho completan el atuendo.
Entre los actuales creadores de trajes de amazona a la vaquera están Margarita González, en el Aljarafe sevillano, Sonia Rojas de Aldebarán en Córdoba o Roberto Garrudo en Castilleja de la Cuesta.
La estupenda ilustración adjunta es un retrato de Rosario de Alvear Guerra, ahora viuda de Girón, pintora y caballista en su juventud, y nieta del maestro del toreo Rafael Guerra “Guerrita”.
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