Resistente a las altas temperaturas, a la ausencia de riego y a la falta de cuidados, el cáctus – y todas sus variedades – supone un excelente y muy estético elemento decorativo.
1. En patio o lucernario
En un patio de interior, una terraza o un lucernario creado para aportar luz a alguna estancia, los cactus y las preciosas chumberas representan una alternativa decorativa resistente de gran belleza.
2. En la cocina.
Junto al fregadero o la ventana, en grupos de distintas alturas, sobre un estante o sobre el poyete, los cactus iluminan y dan vida a las cocinas, ya sean rústicas o vanguardistas.
3. En la entrada o el porche.
Al acceder a casa, la bienvenida de una serie de cactus de distinta forma y tamaño en sus respectivos maceteros alegra y decora con sobriedad.
4. En el baño.
Junto a la bañera o el tocador, los cactus combinan bien con espejos, tarros, botes y velas restando la frialdad al mármol o los azulejos.
5. Junto a la ventana.
Ya sea en una zona de estudio, en un dormitorio o en un despacho, adornar la ventana crea un espacio relajante que distrae la vista de cuando en cuando sin condicionar en exceso el resto de la decoración, ya sea minimalista o maximalista.
6. En el hall.
En un mueble de entrada, estantería o consola, combinar algunos libros con esculturas, jarrones y cactus ofrece múltiples facetas y texturas que aportan una verdadera sensación de ambiente vivido.
7. En el comedor.
Conjugados con candelabros, velas y recipientes varios, los cactus aportan frescor y vida a la decoración del comedor. Alternados con flores y frutas, el resultado es aún más vivo y original.
8. En el salón.
Tanto en una mesa de apoyo como en una mesa baja, combinar varios tipos de cactus en recipientes distintos es una alternativa veraniega y resistente a la decoración invernal del salón.
Arquitectura