“Messi vino a Gabón sucio y sin afeitar: solo le faltó tirarnos cacahuetes. Esto no es un zoo”. Esto han manifestado los políticos de Gabón tras la visita de Messi esta semana. Lionel Messi nos tiene acostumbrados a destacar por otros motivos, además de por su enorme destreza con el balón.
Entre sus virtudes no se encuentra la de la elegancia. Es más, Messi suele dar un permanente espectáculo de estilismo: le gusta destacar y no escatima medios.
En varias galas del Balón de Oro, ha “lucido” entre todos los futbolistas, con atuendos únicos. En 2013 impactó con un smoking de lunares grandes. En 2014, llevó un muy cacareado smoking rojo de Dolce & Gabbana, resaltando en un auditorio de negro al cien por cien. Los memes en las redes sociales fueron incontables, a cual más ocurrente.
De nada sirvió el atuendo: el gato al agua se lo llevó Cristiano Ronaldo, que no necesita “disfraces” para lucir un físico 10.
Esta semana, Messi ha protagonizado de nuevo un escándalo en su llegada a Gabón. Se trataba de sentar la primera piedra de un estadio que albergará la Copa Africana de Naciones en 2017. En el aeropuerto le recibieron las autoridades de Gabón, poco habituadas a visitas de esta notoriedad. Sin tener en cuenta el calor imperante, los gaboneses acudieron al aeropuerto vestidos con trajes de chaqueta occidentales, algo habitual en el protocolo de la antigua colonia francesa.
Y hete aquí que ante la imperante sobriedad de un país de protocolo occidentalizado, Lionel Messi descendió de la escalerilla con una camiseta blanca arrugada -de las que los estudiantes norteamericanos utilizan como pijama-, bermudas plagadas de rotos, zapatillas de deporte sin calcetines y barba de tres días.
“Un millonario no puede venir en bermudas y esto no es un zoo”, afirmaron miembros de la oposición -el partido UPG-, sintiéndose humillados por la falta de respeto mostrada por Messi al escoger su atuendo. El presidente Ali Bongo le acompañó durante su estancia, un viaje por el que se ha desmentido que el astro haya cobrado 3 millones y medio de euros.
Los gaboneses han criticado a la “Pulga”: “Vino sucio y sin afeitarse la barba, sólo le faltó tirarnos cacahuates”. Impactó, además, que el futbolista pasease con las manos metidas en los bolsillos, quedando patente su absoluta falta de consideración y de conocimientos mínimos de protocolo. Las autoridades de Gabón no han dudado esgrimir que incluso si “te llamas Lionel Messi y eres millonario, no tienes derecho a presentarte en una República, aunque sea bananera, con las manos en los bolsillos de las bermudas”.
La Unión del Pueblo Gabonés (UPG), partido político de oposición, y muchos gaboneses, han criticado la “falta de respeto al país, a los estándares y principios”. Y es que el atuendo es el primer signo de respeto hacia los demás, independientemente de nuestros gustos personales. Pero Messi parece que aún no se ha enterado.
Dejó sus manos marcadas sobre el cemento, como recuerdo de esta visita. Pero también ha dejado mal sabor de boca en un país orgulloso de su proyecto futbolístico y de recibir al argentino.