Luis Miranda el 09 abr, 2012 Para borrarme el sabor de las lágrimas que no lloré por segundo año, para quitarme la amargura de no haber visto este año a la Virgen de la Caridad en la calle, para que guarde bien honda la presencia blanca y maternal de la Virgen de la Merced, para que al pasar por la Huerta de la Reina se me aparezca un tribunal majestuoso, para que no vuelva a pisar charcos en Semana Santa, para que la Candelaria nunca deje de subir la calle de la Feria.Para que no sucumba al desaliento ni a la tristeza, para que siga respirando la noche del Cristo del Remedio de Ánimas, para que las bambalinas de la Paz sigan moviéndose, para que el Señor del Sepulcro se me vuelva a aparecer en la tarde quieta, para que el calor sea la peor inclemencia que tema del cielo, para que en las noches me brille la luz perfecta que le doraba los ojos a la Virgen de las Lágrimas, para que las cornetas de Esencia no sean una excepción, para que el Cristo de las Penas siga caminando, para que no tenga ocasión de decir otra vez lo exquisita que es la Buena Muerte disponiendo los pasos cuando no pueda salir, para que siga habiendo pasos que vuelan como si los llevaran delicadas bailarinas, para ver otra vez Guerrita llena de capirotes rojos, para que no vuelva a apuntarme para un turno de vela, para que encuentre nuevos gestos en el misterio de la Sentencia, para imaginar que la calle San Pablo es un Calvario para que suban dolientes y serenos Jesús Nazareno y el Señor del Calvario. Ruega por nosotros, Nuestra Señora de los Dolores, que recogiste tu belleza en la intimidad de la Judería; ruega por nosotros, dama de la palidez enjoyada, que en la tarde del Domingo de Resurreción llenaste de consuelo a la ciudad herida, y cuando arrecie en estos días la desesperanza, que sepamos que nadie nos aliviará mejor que la Señora de Córdoba. Liturgia de los días Comentarios Luis Miranda el 09 abr, 2012