En los últimos tiempos había sufrido más de un contratiempo, entre premios que le retenían los casinos y acusaciones directas de hacer trampas en otros juegos, pero dentro del póker hay pocos jugadores que se le resistan. El californiano Phil Ivey, de 38 años, ha conseguido su , décimo brazalete en las Series Mundiales de Las Vegas, con lo que iguala a otras leyendas como Doyle Brunson y Johnny Chan. Solo Phil Hellmuth sigue por delante, con tres títulos más en las WSOP. Las ganancias de Ivey en vivo superan ya los 21 millones de dólares.
La décima victoria del Tiger Wood del póker en las Series Mundiales no es espectacular por su recompensa económica (167.332 dólares), pero cualquiera que juegue al póker sabe lo difícil que es repetir triunfo en torneos con tantos participantes (en este caso 486). Phil ha logrado sus diez brazaletes en solo 15 ediciones, ya que el primero le llegó en el año 2000. Justo es decir que el estadounidense participa en muchos más torneos cada año que la mayoría de los mortales. Él se lo puede permitir.
Un número tan redondo de brazaletes llegó además en el torneo número 50 de las WSOP, una competición mixta en la que se mezclan ocho variantes distintas del póker. Entre sus rivales destacaba Daniel Negreanu, que al final fue noveno. Que ambos llegaran tan lejos era una mala noticia para muchos, ya que el canadiense había lanzado una apuesta antes del principio de las WSOP. Negreanu estaba seguro de que entre él y Ivey ganarían como mínimo un brazalete. Los valientes que aceptaron el reto (se sabe de alguno) tuvieron que arriesgar como mínimo 5.000 dólares. A esos niveles no se andan con tonterías.
En el mano a mano final, Ivey se enfrentó a un buen amigo, el también californiano Bruce Yamron, un joyero jubilado que no pudo resistir el juego del campeón pese a llegar con ligera ventaja de fichas. Ivey, modesto, comentó que había ganado gracias a que las cartas le habían sido favorables.
El crack del naipe también ensalzó a Doyle Brunson y Johnny Chan, a quienes ha logrado igualar en la clasificación histórica de brazaletes. «Sus resultados hablan por sí mismos», declaró. «Son dos de los mejores jugadores que han practicado este juego. He estado hace poco jugando con Doyle y todavía es un tiburón. Es increíble, todavía ganando a su edad. Ojalá yo pueda seguir jugando a los 80».
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