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«La partida», unas manitas de comedia en el Teatro Fígaro

«La partida», unas manitas de comedia en el Teatro Fígaro
Federico Marín Bellón el

Las tablas madrileñas reestrenan este jueves, en el Teatro Fígaro, «La partida», una comedia escrita por Óscar Sanz Cabrera, que en 2009 ganó el Premio Votación Popular al Mejor Espectáculo y el Especial del Jurado en la Mostra de Teatre de Barcelona. También estuvo nominada a Mejor Espectáculo y Mejor Actor (Jordi Cumellas). Aquel año, después estuvieron de gira y acabaron recalando en Madrid, en el Teatro Arenal. Para presentar su regreso, los actores y el autor echaron unas manos de póquer mientras charlábamos, a veces también sobre la obra.

Óscar Sanz Cabrera, autor de «La partida». Fotos: Eduardo Palencia

Alfonso Mendiguchía, Jorge Cabrera y Juan López-Tagle son los actores que dan vida a los tres únicos personajes, aunque hay otro, ausente, de una mujer, que viene a ser como la madre de Howard en «Big Bang», pero sin voz y mucho más agradable. «La partida» dura 75 minutos y pretende ser «una reflexión cómica sobre el valor de la amistad y las relaciones vacías que se perpetúan en el tiempo por pura inercia, por la necesidad de sentirse escuchado sin tener la más mínima intención de escuchar». Es una «comedia peladilla», añade Sanz. «O sea, te la metes en la boca y, una vez que estás saboreándola, descubres que en su interior la almendra está amarga. Pero, en ese momento, ya es demasiado tarde para sacártela».

El argumento es el siguiente: tres amigos de toda la vida se reúnen una vez al mes con la excusa de jugar una partida. David, Ricardo y Julio se conocen desde que iban al colegio, o al menos eso creen. Poco a poco se ve que son más las cosas que los separan que las que los unen. La partida da esa noche un giro inesperado. Julio tiene algo que decirles…

«Me planteé meter a tres personajes protagonistas», explica el autor, que cita como referencias «La extraña pareja», de Neil Simon, y el cine de Billy Wilder, con «personas de cuarenta y pico años que comparten piso como si tuvieran veinte». Uno de ellos, cuentan sus intérpretes, es «alguien que no se la juega nunca en la vida, un eterno estudiante con sueños artísticos». Otro es «un empresario de aparente éxito». Y el tercero es «el pasota currante, que acaba de separarse y necesita compartir piso». Alfonso, el triunfador, dice en un momento de la obra que «el póquer es como la vida; hay que apostar aunque no lleves ni una pareja».

“…Eso no es jugar al póquer David. El póquer es… es como la vida. Sí señor,
como la vida. Tienes que apostar. El póquer es arriesgar, es pegarte un farol,
es hacer creer a los otros que tienes la jugada de tu vida… ¡Aunque no
tengas ni una puta pareja! Y si pierdes, aceptación. No se puede jugar con el
miedo metido en el bolsillo, David. El miedo se huele. El póquer es como la
vida. No puedes racanear.”

De izquierda a derecha, Alfonso Mendiguchía, Jorge Cabrera y Juan López-Tagle

Con esta base de la pizza, la masa habla de «la precariedad en la comunicación, la torpeza con la que nos expresamos y la superficialidad de lo dicho. Muestra de una manera fresca, sencilla y cotidiana, la falsedad, las máscaras con las que se oculta la insatisfacción de llevar una vida que no es la deseada». El motor de la acción es David, alguien «que sufre todo el tiempo».

En realidad, sobre el escenario se juega, pero los personajes están más tiempo aún preparando la partida. Cuando se representó hace unos años, algunos compararon el texto con «Arte», de Yasmina Reza. Para Sanz Cabrera fue su primera obra. «Dicen que en estos casos el texto siempre es autobiográfico», asegura, «pero en este caso no lo fue tanto, aunque en este caso sí me gustó buscar un tema de conflicto entre amigos». Jorge Cabrera, que además es hermano del autor, desvela que resucitaron la obra «después de hacer una lectura dramatizada, que funcionó muy bien». También venían de otras representaciones mucho más duras y les apetecía algo de comedia. Óscar escribió después «De la misma pasta», galardonada con el Premio Kuxta Ciudad de San Sebastián en 2012. Asimismo, ha escrito «Paquito. Lágrimas, mocos y sangre» y «El último mordisco».

«La partida» puede verse, los miércoles y jueves, en el Teatro Fígaro de Madrid (Doctor Cortezo, 5), a las 22.00

Fede errores: En una versión anterior de esta entrada había un error en la identificación de los actores, a los que había mezclado con los que actuaban en la versión de 2009. 

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