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Cómo piensa un jugador de póker

Cómo piensa un jugador de póker
Federico Marín Bellón el

No solo los ajedrecistas estudian sus partidas y las de sus rivales con detenimiento. Un buen jugador de póker dedica horas a analizar manos. Daniel Negreanu, uno de los profesionales del naipe más populares, ha accedido a explicar en Fullcontactpoker.com dos manos que jugó mal, según él, dos pequeños errores que ha querido compartir con todo el mundo. Es interesante poder meterse en su cabeza y descubrir cuáles fueron sus pensamientos cuando tomó aquellas decisiones, en las últimas Series Mundiales. Allí quedó clasificado en la posición número 11, muy cerca de una nueva final. Ganó más de medio millón de dólares, aunque él perseguía la gloria de su séptimo brazalete. No en vano es el mayor ganador de la historia en torneos en vivo, con casi 30 millones de dólares en premios.

Negreanu no solo es un jugador extraordinario, aunque no le falten críticos, alentados por su sobreexposición a los medios. El canadiense, que el pasado domingo cumplió 40 años, es un tipo simpático, hablador y al mismo tiempo educado. Los medios lo adoran. Y tienen motivos para hacerlo. En el libro «El poder de la estrategia» ya contaba muchos secretos sobre su forma de entender el juego, ayudado por algunos colaboradores. Veamos ahora cómo hace autocrítica de sus dos errores en las WSOP. Es una buena lección para jugadores avanzados. El resto es todo de Daniel Negreanu, con escasas licencias en la traducción:

«A medida que envejezco y me hago más maduro, mejor en los torneos de póker, cometo errores mucho más pequeños, pero no menos significativos. Cuando observas el golf profesional, por ejemplo, lo que hace mejor a un jugador no es la consistencia de sus golpes perfectos, sino que cuando fallan, sus errores son menores que los del golfista medio. Cuando están a menos de cien metros, intentan embocar. Rara vez lo consiguen, pero a menudo dejan la bola a unos centímetros del hoyo».

«Los dos errores que voy a analizar quizá no parezcan demasiado grandes, pero les he dado muchas vueltas y he decidido compartirlos con vosotros», prosigue el profesional.

Mano número 1

Justin Schwartz lanza al medio una ficha de 500.000 puntos (en lo sucesivo, 500k, como suele decirse en el argot) desde el cutoff (posición que ocupa el jugador situado a la derecha del botón) con las ciegas en 80k-160k, y no dice nada. Sé que ver la ciega sin subir es parte de su estrategia, pero tenía fichas más pequeñas con las que podría haberlo hecho. Mi razonamiento es que lo hizo a propósito para que pareciese que quería subir, de forma que el resto de jugadores fueran más reticentes a atacar su limp (igualar sin subir)».

Justin Schwartz

Aquí habría que explicar que para subir una apuesta es necesario decirlo de palabra o, por lo menos, utilizar varias fichas. Si se utiliza una sola ficha, sin decir nada, se considera que solo se iguala. Es un error típico de novato (puedo decirlo con conocimiento de causa) pretender subir con una sola ficha de valor superior, sin decir nada. Por eso, algunos van de listillos y fingen que lo han cometido. Sigue Negreanu:

«Con 7♦️8♦️en el botón, decido igualar también. Es exactamente el tipo de mano que juega bien después del flop (las tres primeras cartas comunitarias) y no veo la necesidad de aislarme con Justin. La ciega pequeña abandona y la grande decide pasar».

«El flop es K♦️7♠️6♣️ y ambos jugadores pasan. Aquí es donde cometo el error: apuesto 250k. La ciega grande abandona y Justin, que tiene una pila de fichas corta, hace check-raise (igualar primero y resumir después al a subida del rival) a 600k. Pago con un gran potencial de backdoor (proyecto “largo”, para el que se necesitan dos cartas): escalera de tres, color de 3 y una pareja».

«El turn (cuarta carta) es el 3♣️ y va all-in (apuesta todas sus fichas) por unos 3 millones. No lo pensé mucho tiempo antes de abandonar».

«¿Cuál fue mi error? El tamaño de apuesta en el flop le dio la oportunidad a Justin de hacer un check-raise de farol. Si hubiera apostado 450k, habría tenido que arriesgar un millón más o menos para farolearme, y no habría tenido espacio suficiente para maniobrar. Al apostar solo 250k en un punto en el que yo también podría estar faroleando, le abrí las puertas al contrafarol. Descubrí más tarde que tenía Q♣️10♣️ con proyecto de color en el turn, pero aun así yo iba por delante. No creo que tirarme en el turn fuera un error. Además, tenía 15 cartas posibles para ganarme. Todo esto habría podido evitarlo haciendo una apuesta más grande en el flop».

Mano número 2

Alex Turyansky

«Ciegas: 150k-300k. Alex Turyansky (el jugador con menos fichas) abre en posiciones medias a 600k en una mesa de cinco jugadores y yo defiendo la ciega pequeña con A♣️6♣️. Llegamos los dos a un flop 10-10-3. Paso, apuesta 350k y pago. El turn es un 9 y ambos pasamos, también pasamos en el river (quinta carta), que es una J».

«¿Cuál fue mi error? Este es más sutil y requiere pensarlo un minuto. Se podría argumentar que pagar preflop es un error. No estoy de acuerdo, no veo que eso sea el fallo. Cuando paso y él apuesta 350k, tengo la impresión de que tengo la mejor mano, aunque no pudiera estar seguro. La jugada correcta habría sido hacer check-raise a un millón y meterle toda la presión a Alex. Un 10 es una carta muy probable en mi mano (9-10, J-10, Q-10, K-10, A-10), así que incluso con una mano con 88 podría haberle tirado. Lo cierto es que muy pocas veces él tiene mano aquí cuando solo apuesta 350k. Pagar mi check-raise le habría costado el 25% de sus fichas y se habría quedado en tierra de nadie en el turn».

«Pues resulta que tenía Q9 y que ligó pareja de nueves en el turn para ganarme al ver las cartas. Muchos dirían al ver la mano: “mala suerte”. No le veo sentido a catalogarlo como mala suerte. ¿Qué gano? ¿Jugué de la mejor forma posible? No. Tiene sentido analizar tu juego, no la varianza».

Mano número 3 (de propina)

«Mi última mano fue A4 contra J♦️3♦️ en flop A♦️K♦️T. Muchos pueden argüir que contra un jugador que abre el 100% del rango en el botón en esa situación, ir all-in desde el principio es mejor. Creo que para la mayoría de la gente es completamente cierto, pero no para mí, y no en esa situación. El razonamiento es un poco extenso, pero intentaré resumirlo lo mejor que sepa».

«Mi objetivo era ganar el torneo, no hacer November Nine (llegar a la mesa final, que se juega en noviembre). Sabía que Joe McKeehen estaba abusando de la burbuja (situación que se produce justo antes de llegar a premios o a la mesa final, en la que los jugadores con pocas fichas suelen ser más conservadores) y que los otros jugadores no se defendían. Me sentía cómodo jugando con su rango débil,. con o sin posición. Mi estrategia no era simplemente adivinar cuándo tenía una mano preflop con la que pudiera pagar mi resubida, sino ver flops contra él y extraer valor de su rango débil siempre que pudiera. En lugar de buscar jugármela en un flip (a cara o cruz) para doblarme, mi objetivo era trabajarme esa doblada».

«Y estaba funcionando. Conseguí subir de 4 a 9 millones sin ir all-in. Estaba recuperándome y volviendo al torneo a base de ver flops y de ir all-in con algunas manos, solo cuando era necesario».

«En cuanto tuve 8 millones, pude empezar a defender la ciega más libremente contra Joe. Varias vueltas seguidas pude hacerlo, una de ellas con una resubida all-in con K-10, una mano mucho mejor para ir all-in que A4, por otro lado, según estaba jugando él».

«Así que los motivos por los que decidí pagar con A4 en lugar de ir all-in son tres:

1. Equilibrar un poco mi rango de defensa en la ciega.

2. Extraer más valor postflop cuando ligara un as, ya que él no podía pasar con un as.

3. Esquivar situaciones de all-in preflop en las que seguramente iría por detrás cuando me pagaran».

«Una vez que salió el flop, la mano se juega sola. Simplemente, el destino no quiso que me doblara. Si hubiera ganado ese bote, me habría colocado con una cantidad de fichas muy saludable, de unos 14 millones. Así es mi juego. Rascar, rascar, rascar, ver flops, intentar jugármela si hace falta cuando voy por delante y esperar que mi mano aguante. No aguantó esta vez, pero estoy bastante contento de mi juego en general, respetando mi estrategia a lo largo del torneo».

«Me despido con algo que le dije ayer a un amigo: “Este juego es mucho más sencillo de lo que la gente quiere hacerlo. Solo es complejo cuando decides complicarlo”».

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