Qué habrá hecho D. K. Chopra para ser suspendido de por vida, un castigo que no había recibido hasta ahora ni el mayor de los tramposos. La Federación India de Ajedrez (AICF), que se prepara para albergar en noviembre el esperadísimo Mundial entre el noruego Magnus Carlsen y el héroe local Viswanathan Anand, decidió en su última reunión excluir al ajedrecista, de 51 años de edad, de todas sus competiciones hasta el final de sus días. La causa son sus frecuentes «fechorías», cometidas en los últimos cuatro años.
Las acusaciones no son muy precisas, pero no parecen el típico caso de trampas. A Chopra, ajedrecista aficionado de Delhi, con un Elo de 1.700 puntos, aunque hace unos años superaba los 2.000 puntos, le acusan sobre todo de mal comportamiento contra varias mujeres y niños durante los torneos. Parece que varios de ellos se quejaron y, después de investigar los distintos casos, le encontraron culpable.
Las diversas fuentes aclaran poco. Ni Susan Polgar en su blog ni la prensa india dan demasiados detalles ni se cuestionan la proporcionalidad y la justicia del castigo. Algún medio local sí aportaba la respuesta del acusado, quien dijo que las denuncias habían sido «cocinadas» a petición de las autoridades y se quejaba de una especie de conspiración, para que su caso sirva a otros de escarmiento. Tampoco el jugador, sin embargo, precisa la naturaleza de las acusaciones, falsas o no.
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