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Aronian impone su talento en la reaparición de Kasparov

Aronian impone su talento en la reaparición de Kasparov
Federico Marín Bellón el

La última jornada del torneo de partidas rápidas de San Luis (25 minutos más 10 segundos de incremento por jugada) empezaba con Garry Kasparov enfrentado a David Navara, último clasificado y víctima propicia para el ogro, con ganas de venganza después de sufrir su primera derrota el día anterior, ante Nepomniachtchi. El ruso eligió una apertura hiperagresiva ante el sólido planteamiento de su rival y consiguió una enorme ventaja, que derrochó cuando se quedó sin el oxígeno del tiempo. Ni siquiera consiguió unas tablas en su apuesta al todo o nada. La bestia despertó, demostró quién había sido y se arrojó al vacío. Magnus Carlsen resumió lo sucedido en Twitter: «Brutal… Cuando el reloj aprieta y el corazón se dispara, el sentido común sale por la ventana». Más inesperado aún fue lo que ocurrió después.

Kasparov entiende las aperturas mejor que nadie, mejor incluso que los ordenadores, tan útiles para analizar variantes durante horas o días, sin descanso ni errores de cálculo. Ante Navara, el ruso lanzó sus peones hacia delante en una orden que en otras manos parecería suicida, digna de algún general loco. Garry sigue siendo único a la hora de dar movilidad a sus piezas. Sus partidas son una lección de dinamismo, cualidad que valora por encima de cualquier otra consideración material. Si consigue no gastar demasiado tiempo, su principal defecto a los 54 años, es capaz de vencer a cualquiera.

En la captura de la retransmisión de Chess24 puede observarse el momento en que Kasparov (medio cuerpo fuera de campo) descubre que está perdido, después de haber dominado toda la partida
Esta otra fotografía que tuiteaba Chess.com es aún más gráfica

Hoy ha estado a punto de escribir una hermosa poesía en San Luis, capital del ajedrez en Estados Unidos, donde el mecenas Rex Sinquefield gasta su dinero en avivar el que parece el menos americano de los juegos. El borrón final del escampen mundial no debe despistarnos: conserva un talento inmenso, increíble a su edad. Enfrente tiene a varios de los mejores jugadores del mundo, mientras que él lleva más de una década retirado. El propio Navara, modesto, declaró al terminar la partida, casi como justificándose por la victoria, que siempre ha jugado mal las aperturas y que por eso está habituado a jugar en posiciones inferiores.

La otra victoria de la séptima ronda, por cierto, fue la de Levon Aronian, también con negras, contra Sergey Karjakin.

En la octava, Kasparov volvía a tener las piezas blancas, esta vez contra Le Quang Liem. ¿Sería capaz de reponerse y apretar las tuercas al vietnamita? Más allá de la posición, enseguida se vio que el ruso estaba afectado, porque consumió aún más tiempo del habitual. La inseguridad es como el miedo, puede pasar años lejos de casa pero, una vez que ha entrado, no hay manera de echarla. Con esa rémora, Kasparov tuvo que jugar casi toda la partida sobre el alambre, hasta que –lo que es la vida– Le Quang Liem se dejó una torre de manera incomprensible y le proporcionó a Garry su primera victoria después de su regreso. Amargo triunfo.

En las partidas por el título, Aronian hizo tablas con Nakamura y Nepo, muy agresivo, también tuvo que conformarse con el jaque continuo contra Karjakin. Domínguez ganó a Navara, mientras que Anand y Caruana firmaron el armisticio.

Levon Aroninan, el ajedrecista de moda y vencedor del torneo de rápidas de San Luis. Fotos: Lennart Ootes

 

En la última ronda, Caruana se jugaba sus opciones de ganar el torneo ante Kasparov, que volvió a jugar bien pero a consumir demasiado tiempo. Cualquiera que haya jugado al ajedrez sabe lo difícil que es mantener el nivel de calidad con esa presión, sobre todo con un rival tan duro enfrente. El italoamericano apretó y acabó derribando al ídolo. Triste final para una leyenda que nunca dejó de luchar.

En el  resto de partidas, Aronian ganó a Domínguez una larga partida que derivó en un final de torres. Con su victoria hacía inútil el esfuerzo de Fabiano y obligaba al otro líder, Nepomniachtchi, a ganar a Nakamura. En realidad, este tenía bastante con intentar empatar su complejo final contra el americano. Fue imposible (perdió, de hecho) y el armenio se erigió en justo ganador. Fue el más brillante y muy combativo, con solo dos tablas en nueve partidas. Sus dos derrotas no fueron suficientes para que nadie le diera alcance.

Así quedó la clasificación final:

Tabla final en el torneo de rápidas de San Luis (Estados Unidos)

 

Mañana, por otro lado, empieza el torneo de partidas relámpago. Michael Rahal no es muy optimista respecto a las opciones de Kasparov: «Si no gana eso a Navarra … se lo van a comer con patatas en el relámpago», aseguró en Twitter después de la primera partida del último día.

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