Después de la invención del chessboxing, el ajedrez submarino puede ser otra variante para aquellos que necesitan algo más de acción durante las partidas. La agencia Efe informaba estos días de la celebración en la playa de Carchuna, en la localidad granadina de Motril, del II Torneo Europeo de Ajedrez Submarino. Es esta competición, de la que no conozco precedentes, los jugadores disputan una única partida a 50 metros de la orilla y a unos seis metros de profundidad. 20.000 leguas de jaques esperan a futuros participantes.
Organizado por el Cámping Don Cactus de Carchuna y el Club Ajedrez Motril, el torneo fue ganado por Jorge Fernández Montoro (2239 puntos Elo), quien se impuso a Sergio Soto (2318) después de una hora y diez minutos y más de sesenta movimientos. Además de las complicaciones ajedrecísticas, una pequeña corriente marina puso dificultades a los jugadores al causar el temido, en estos casos, «mar de fondo». Pese a todo, y según la nota publicada por Efe, la visibilidad fue idónea y no parece que ningún peón acabara a la deriva
El torneo fue seguido desde la superficie por parte de varios curiosos y aficionados, con ayuda de unas simples gafas de buceo. La idea de los organizadores del torneo, de momento modesto, es crear las bases para normalizarlo y poder crecer en el futuro. La mayor dificultad es que casi todos los ajedrecistas requieren un entrenamiento previo, pero ahí está la Escuela de Buceo Dardanus para ofrecerlo y conseguir también su pequeña cuota de promoción.
La tradición, corta por el momento, marca que el campeón rete a otro jugador para el año que viene, con la única condición de que este juegue previamente el torneo Camping Don Cactus de ese año, cuyo ganador conseguirá como premio precisamente un curso de submarinismo. Esperemos que en la tercera edición haya tortas (deportivas) por conseguir el trofeo.
En el siguiente vídeo se pueden escuchar las impresiones de los ajedrecistas subacuáticos, pioneros en su especie.
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