Federico Marín Bellón el 15 sep, 2011 Las siguientes líneas no prueban nada; hasta Gadafi juega al ajedrez. Felipe González le daba al billar y Aznar al pádel. De los juegos de Zapatero es mejor no hablar. Sabido es también que Obama es un gran faroleador al póquer, pero no que practica en la intimidad el más noble de los juegos. O los dos más nobles. ¿Quieres saber cuántos presidentes de EE.UU. sabían enrocarse, y no solo en la Casa Blanca? No consta que George W. Bush sepa jugar, pero al menos tiene esta foto al lado de Kasparov Casi toda la información sobre los presidentes más jugones procede del artículo de Bill Wall: «U.S. Presidents Who Played Chess». Carl Jacobs aportó lo suyo en un interesante texto publicado en «The Guardian» y algunos medios, como ChessBase, se hicieron eco. 1. George Washington (1732-1799). Parece que el primer presidente americano tenía un ajedrez de marfil, aunque puede ser como los que poseen un piano y no lo tocan ni para limpiar el polvo. 2. John Adams (1735-1826). En la reciente serie de televisión no se decía nada, que recuerde, pero cuentan que enseñó a su hijo a jugar al ajedrez, que se le pudo pegar de Benjamin Franklin, el del pararrayos. 3. Thomas Jefferson (1743-1826). Aprendió algo tarde, una vez cumplidos los veinte, pero le dio con fuerza y tuvo al menos seis juegos. El tablero y las piezas eran uno de sus regalos habituales, algo de lo que dejó constancia en sus cartas. Tuvo incluso libros de ajedrez, dentro de su colección de más de 6.000 volúmenes. Uno de sus favoritos era el clásico de Philidor «Análisis del juego de ajedrez», una obra muy avanzada para su época. También jugó con Franklin. Jefferson presumía de ser igual de bueno sobre el tablero. En una visita a París en 1786 se hizo socio del Salon des Echecs. Las malas lenguas dicen que recibió tales palizas que se le quitaron las ganas de volver. Alegó que estaba demasiado ocupado, algo igualmente creíble (fue elegido presidente en 1801), para no renovar la couota, de 96 francos. No obstante, de su pasión por el ajedrez queda constancia incluso con dos hojas de su puño y letra, que se decía entonces, sobre cómo jugar el final con torre y alfil contra torre, a partir de los análisis de Philidor. Su vicepresidente, Aaron Burr, fue otro entusiasta del juego. 4. James Madison (1751-1836). Jugó varias partidas contra Thomas Jefferson, de las que no se sabe casi nada. Quizá sea lo mejor. 5. James Monroe (1758-1831). Otro aficionado, que leyó algunos de los libros de la colección de Jefferson. El museo que lleva su nombre en Virginia incluye un juego de ajedrez que le perteneció. 6. John Quincy Adams (1767-1848). Otro coleccionista de juegos de ajedrez, uno de los cuales se conserva en el Smithsonian Museum of American History. Llegó a ser acusado por sus opositores de emplear dinero público para adquirir muebles y otros accesorios relacionados con el juego para la Casa Blanca. Puede incluso que perdiera la reelección por lo que parece una calumnia. John Quincy, en cualquier caso, llegó a decir que era su pasatiempo favorito durante sus largos viajes en barco. 7. Andrew Jackson (1767-1845). Dicen que también jugó e incluso que llegó a enfrentarse al primer autómata de la historia, El Turco, que como todo el mundo sabe era un fraude que escondía a un jugador pequeñito pero matón. 8. Martin Van Buren (1782-1862). Pudo haber enseñado a jugar a su hijo John, que conoció a Paul Morphy, el primer genio del ajedrez estadounidense. De hecho, fue quien lo proclamó campeón del mundo (algo muy yanqui, haya o no participantes de otros países) en 1959, en un acto en la Universidad de Nueva York. A nadie se le había ocurrido antes un título así, lo que demuestra no solo el ego de los americanos, sino la falta de imaginación del resto. 9. Millard Fillmore (1800-1874). El presidente número 13 recibió una carta de su hijo sobre lo placentero que era jugar una partida y el progenitor le respondió que era una actividad demasiado sedenaria (ahí no le faltaba razón) y que prefería verlo haciendo otras cosas mientras estudiaba. Vamos, que jugara o no, no era ningún entusiasta. 10. Abraham Lincoln (1809-1865). El gran Abe sí jugó y también se conserva uno de sus tableros en el museo Smithsoniano. Se cuenta una anécdota que demostraría su carácter tranquilo, cuando su hijo le arruinó de una patada una partida contra el juez Treat, debido a que ambos se demoraban mientras la cena aguardaba caliente sobre la mesa. Lincoln, en lugar de enviarle una brigada, ni siquiera reprendió al muchacho. Muy al contrario, acabó por comprarle otro juego. Luego dicen de la educación moderna. Bill Clinton también tiene su foto con Kasparov 11. Andrew Johnson (1808-1875). Jugador de damas (no va con segundas) y quién sabe si de ajedrez. 12. Ulysses S. Grant (1822-1885). Oro jugón. Incluso existe un cuadro que lo demuestra, En el Ejército, era capaz de recorrer varias millas para encontrar algún rival. Parece que lo aprendió en West Point, academia en la que el ajedrez era una asignatura. 13. Rutherford B. Hayes (1822-1893). Jugó mucho y bien. El presidente número 19 escribió de ajedrez en su diario, donde mencionó que su hermana Fanny era una fuerte jugadora. 14. James Garfield (1831-1881). Otro buen jugador. Un diario de Filadelfia llegó a hablar de sus habilidades. 15. Grover Cleveland (1837-1908). Otro aficionado. En cierta ocasión jugó contra el autómata Ajeeb, mucho menos famoso que El Turco, y logró tablas por rey ahogado, probablemente por la caridad de su rival, cristiana o no. Ajeeb, por supuesto, era otro artilugio fraudulento, cuyos hilos llegó a manejar el gran Pillsbury, otro genio fugaz del Nuevo Mundo. 16. Theodore Roosevelt (1858-1919). También jugó contra Ajeeb y en una ocasión invitó a los participantes en el torneo de Cambridge Springs (que da nombre a una variante de apertura) a la Casa Blanca. No está claro si prefería el ajedrez o la astrología. 17. William Howard Taft (1857-1930). Jugó desde niño. Su hijo Bob, a quien enseñó, se convirtió en el típico geniecillo repelente. 18. Woodrow Wilson (1856-1924). Otro presidente del que se conservan su tablero y sus piezas. Quién sabe cómo las movía. 19. Warren Harding (1865-1923). No solo jugó, sino que una extraña historia cuenta que murió en San Francisco mientras se disputaba en la ciudad el Western Chess Championship, ahora conocido como Abierto de Estados Unidos, y que uno de sus participantes lo envenenó durante el torneo. Quizá fuera el famoso peón envenenado de la defensa siciliana que tan a gusto se comía Fischer. 20. Harry S Truman (1884-1972). Dicen que aprendió de su tío, Harrison Young, un buen jugador. En uno de sus discursos mencionó el ajedrez, quizá en una de las primeras ocasiones en que el juego fue comparado con las relaciones internacionales. 21. Dwight D. Eisenhower (1890-1969). Uno de sus seguidores le regaló un juego, pero no consta con seguridad que pasara de ser un objeto decorativo. 22. John F. Kennedy (1917-1963). Hay una foto de JFK jugando al ajedrez en una visita a Moscú. Además, en un discurso sobre la guerra fría con los rusos llegó a soltar, como si fuera un gran descubrimiento: «Nosotros jugamos al poker, ellos al ajedrez». Kissinger, secretario de Estado de Nixon, en una foto reciente durante la presentación del documental «Bobby Fischer contra el mundo» 23. Richard Nixon (1913-1994). En una entrevista admitió que nunca entendió el ajedrez, además de otras cosas. Su perro se llamaba Checkers (damas). Su secreario de Estado, Henry Kissinger, sí fue un gran aficionado y en última instancia convenció a Fischer para que no culminara su espantada ante el duelo del siglo contra Spassky. Nixon recibirán más tarde al campeón en la Casa Blanca. 24. Gerald Ford (1913- 2006). Tuvo el detalle inútil de declarar el 9 de octubre de 1976 Día Nacional del Ajedrez. 25. Jimmy Carter (1924- ). Muy aficionado, se propuso convertirse en un experto tras su paso por la Casa Blanca. Compró varios libros y una maquinita de esas que todavía podían ser derrotadas, no como ahora. En 1997 abandonó dichos esfuerzos y confesó que no tenía ningún talento para el ajedrez. «Odio admitirlo, pero es un hecho», dijo. 26 Ronald Reagan (1911-2004). No tenía pinta de jugar demasiado, al contrario que otros actores, pero habló de ajedrez alguna vez con Gorbachov. Que ambos estuvieran en Reykjavik no le dejaba muchas alternativas, la verdad, tras la victoria de Fischer sobre Spassky en Islandia. 27. Bill Clinton (1946- ). Jugó en Georgetown, en el equipo de la Universidad. Es un gran defensor del programa Ajedrez en las Escuelas y conoce a Kasparov. Su hija Chelsea también es muy aficionada. Se rumorea que juega por internet. 28. George Bush (1946- ). Solo sabemos que se ha fotografiado junto a Garry Kasparov, pero no consta que se le pegara nada del campeón. Obama, en una caricatura que le dedicó el «Financial Times» 29. Barack Obama (1961- ). En su libro «Dreams from My Father», el primer presidente que juega con las piezas negras dentro y fuera del tablero cuenta que juega con Michelle y que aprendió a jugar de su abuelo y su padrastro. En fin. El repaso es bastante exhaustivo y revelador. Más de la mitad de los 44 presidentes jugaban al ajedrez. Se admiten aportaciones de los lectores que descubran los errores y omisiones que a buen seguro contiene esta lista. Ajedrez Comentarios Federico Marín Bellón el 15 sep, 2011