Rusia, y antes la Unión Soviética, llegaron a considerar como suyo el Campeonato del Mundo de Ajedrez. No les faltaba razón. En la segunda mitad del siglo XX mostraron un dominio casi insultante, pero su último zar fue Kramnik, la tercera K mágica después de los reinados de Karpov y Kasparov, y que perdió el trono en 2007, a manos de Anand. Desde este viernes, en Dubai (Emiratos Árabes), el imperio tiene la oportunidad de recuperar la corona, 14 años después. Karjakin falló en su misión, por poco, en 2016. Ahora el rival de Magnus Carlsen es Ian Nepomniachtchi. El noruego es favorito, como siempre que participa en cualquier competición, pero los partidarios de Nepo tienen varios clavos a los que agarrarse. Para empezar, la primera partida comienza a las 13.30, hora española, y (1) el ruso llevará las piezas blancas, el equivalente a lanzar primero en una tanda de penaltis de fútbol o a empezar el set sirviendo en tenis.
(2) No hay que desdeñar que el marcador particular entre ambos favorece al aspirante por 4 a 1, además de ocho tablas (en ajedrez clásico, las llamadas partidas ‘lentas’). Cuando le preguntan cómo es posible que tenga un marcador favorable contra el número uno del mundo, Nepo bromea: «Porque he ganado más partidas que él». Por otro lado, ambos ya saben lo que es pelearse por un gran título y (3) los antecedentes tampoco son halagüeños para el número uno del mundo.
Los dos finalistas son de la misma generación y se conocen desde niños. Primero se cruzaron en Peñíscola, en 2002, en el Mundial sub 12, donde terminaron empatados a puntos en la primera posición. El sistema de desempate le dio el título a Nepo, que además venció en el enfrentamiento particular, aunque llegó a estar muy mal. Al año siguiente, volvieron a verse las caras en el Mundial sub 14, en Grecia. En la decisiva última ronda, volvió a ganar el jugador nacido en Briansk.
Todavía hay otro dato que podría favorecer al ruso: (4) formó parte del equipo de Carlsen en anteriores citas por el título, por lo que conoce algunos secretos de su preparación. Otro factor interesante es tiene un estilo que (5) puede ser muy agresivo y sabe crear posiciones complejísimas. Y a Magnus, como a casi todo el mundo, le gusta menos defenderse que atacar. En realidad, lo que hace el campeón en un Mundial es defender lo que ya tiene, por lo que (6) motivarse es también un poco más difícil, como bien sabe Carlsen de citas anteriores.
(7) Tampoco es ninguna tontería la lista de entrenadores que ha tenido Nepomniachtchi desde niño, entre ellos Mark Dvoretsky, Igor Zaitsev, famoso porque fue uno de los preparadores de Karpov, y Sergey Shipov, que ayudó a Kasparov. Todos sabían que aquel muchacho llegaría muy lejos y en su país la cultura ajedrecística es la más amplia del planeta.
Nepo, ex vago confeso
Pese a su inmenso talento, sin embargo, Nepo tardó luego más tiempo que Carlsen en despegar dentro del ajedrez adulto. En una entrevista con The Guardian, acaba de admitir que hasta hace poco era probablemente «el gran maestro menos trabajador del top 20». Según cuenta Savelij Tartakover en Chess.com, de joven dedicaba demasiado tiempo a los videojuegos. En los últimos años, de hecho, ha llegado a participar como comentarista en algún torneo de dota, su juego favorito aparte del ajedrez.
Hablando de tecnología, pertenecer al imperio también tiene sus ventajas. Nepo dispone (8) de un superordenador de última generación, un arma crucial en la preparación de las aperturas, sobre todo. En los últimos años, desde el lanzamiento de AlphaZero, el último grito son las máquinas capaces de aprender por sí mismas. El ruso no ha escondido que dispone de esta arma disuasoria, quizá con la intención de intimidar a Carlsen. Su ordenador está en el Instituto Skolkovo de Ciencia y Tecnología de Moscú. A la hora de la verdad, el jugador está solo ante el tablero, pero la preparación es más fácil con una bestia así. La ventaja es que puede evaluar cada posición más rápido y con una profundidad de análisis mayor.
Tampoco es que Magnus tenga un Spectrum. Es de largo el ajedrecista que más dinero ha ganado con el ajedrez y con empresas relacionadas con este juego, como Play Magnus, de la que se calcula que posee un 9%.
Guerra de nervios
El aspirante, y esto es un defecto y una virtud a la vez, es también un jugador de rachas. Es menos estable que Carlsen, pero cuando está inspirado (9), es capaz de encadenar victorias con una facilidad asombrosa. Si las cosas no se tuercen para él, puede ser un contendiente terrible. Nepo es además un (10) gran jugador de rápidas, lo que lo diferencia de Karjakin y Caruana, anteriores aspirantes. Los dos lograron empatar contra Carlsen en las partidas de ajedrez clásico y ambos sucumbieron sin remisión en las de desempate.
El mundo del ajedrez espera que, en cualquier caso, no abunden tanto las tablas. Este Mundial se juega a 14 partidas y no a 12. Se atenúan así las consecuencias de perder una partida, dado que hay un poco más de tiempo para reaccionar. Cabe confiar en que los grandes maestros estén menos atenazados y se permitan mayores alegrías sobre el tablero, al menos en la primera mitad del duelo.
Cómo ver el Mundial
Como es habitual, las partidas podrán seguirse en directo en los principales portales de ajedrez, como Chess24, Chess.com, ChessBase e ICC, además de la web oficial del campeonato. Si al lector le pilla cerca, las entradas cuestan entre 23 y 464 euros por partida. La sala de juego está dentro de la Expo 2020 de Dubái.
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