Ver al campeón del mundo perder dos partidas seguidas es un fenómeno que no se repite a menudo, pero estaba claro que la ocasión era más más que propicia. Después de encajar una sorprendente derrota por tiempo, el sorteo quiso que Magnus Carlsen midiera su capacidad de recuperación emocional contra uno de los pocos rivales que se le suelen atragantar. Fabiano Caruana no perdonó. Ganar el Norway Chess 2015 empieza a ser una misión casi imposible para el ídolo local. Carlsen aseguró que su derrota contra el italoamericano no tuvo nada que ver con su error del día anterior, pero su poso de amargura era evidente y soltó alguna ráfaga contra los organizadores, que «podrían haberlo hecho mejor».
La segunda derrota de Carlsen llegó además en la apertura más tablífera, según los expertos. La defensa Berlín de la española tiene reputación de ser casi un muro infranqueable, pero Caruana contaba con un factor a su favor: «Tenía la sensación de que él querría jugar una partida sólida, después de lo de ayer». En efecto, jugar a hacer tablas es la peor receta que existe para conseguir el empate, incluso para el mejor ajedrecista del planeta.
Parecía que su posición, siempre ligeramente peor, era la típica en la que el número uno siempre acaba encontrando la salvación, pero Carlsen cometió varias imprecisiones. Sumadas, ante un oponente de gran nivel que no soltó nunca la presa, acabó con un cero en su casillero después de 45 movimientos. «Fue un día horrible contra un rival muy fuerte», resumió. Nunca había empezado un torneo de una manera tan desastrosa. Si se produce la remontada, será épica.
El propio Carlsen no lo descarta. Admitió que se ha metido «en un agujero bastante grande», pero no se rinde: «He ganado otros torneos después de perder con Caruana». Su rival, sin perder la modestia, confesó que no tiene miedo a un duelo por el título mundial contra Magnus: «Siento que tendría alguna oportunidad».
El resto de las partidas de la jornada, por cierto, acabaron en tablas.
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