El físico y ajedrecista Arpad Elo (1903-1992) inventó hace medio siglo el sistema de puntuación que rige el ajedrez mundial desde 1970. Su idea era genial, aunque fuera creada prácticamente «a pedales», pero después de varias décadas de avances técnicos, no parece descabellado intentar superarla. Según informa ChessBase, la firma Deloitte Australia dará 10.000 dólares al equipo que consiga desarrollar un sistema de puntuación más preciso.
Una imagen de la película «El séptimo sello», de Ingmar Bergman
Aviso a los navegantes: la entrada de hoy es más larga y árida de lo habitual. La foto de arriba es para ir preparando cuerpos y mentes.
Lo bueno del Elo es que no se trata solo de una forma de establecer una clasificación (mundial, nacional o incluso del barrio). Su base estadística permite, en teoría, predecir los resultados futuros en cualquier competición, que como vimos en «La red social» puede ser hasta la elección de la universitaria más cañón. Naturalmente, el factor humano está ahí para echar por tierra cualquier previsión (una mala cena, un desengaño amoroso…), por muchos fundamentos matemáticos que tenga. Nada de esto impide que los científicos luchen por mejorar sus algoritmos.
El estadístico Jeff Sonas, inventor de Chessmetrics, un intento de superar el sistema Elo, puso en marcha el año pasado una competición (Elo contra el Mundo), que ganó Yanis Sismanis (me encantan estos nombres, que no son inventados, pese a lo que digan algunos). El premio tenía un inmenso valor… sentimental. Era una copia del programa Fritz, firmada por Kasparov, Karpov, Korchnoi y Anand. Pese a todo, se presentaron 258 equipos de 41 países y bien que se lo curraron.
El sistema Sonas, sin embargo, fue superado poco después por Martin Chabbert y Martin Piotte, con una variación de un programa con el que ya habían ganado en 2009 el premio Netflix (dotado con un millón de dólares), y que servía para predecir las películas que consumirían los usuarios de Netflix (sistema de alquiler y venta de vídeos por internet por una modesta tarifa plana mensual; fue muy citado durante las discusiones por la polémica Ley Sinde, más que nada porque en España todavía no hay nada que se le acerque y es más eficaz contra la piratería que un manojo de leyes).
Arpad Elo, un tipo de lo más reflexivo
Otra curiosidad: la fórmula ideada por Arpad Elo quedó en el puesto 141. Puede parecer un fracaso, pero que 50 años después se presente un equipo científico (uno no, más de cien) y quede peor que tú, tiene narices. El caso es que ahora el concurso va en serio, con un buen premio (10.000 dólares) y la FIDE esperando para adoptarlo, si les convence. De momento, la Federación Internacional invitará a los ganadores para que expongan sus avances durante un congreso en Atenas.
Los equipos aspirantes a la gloria pueden presentarse hasta el 3 de mayo. Para ello, tendrán acceso a una base de datos con casi dos millones de partidas de más de 54.000 ajedrecistas. Se trata de que «acierten» sus resultados (todos los que puedan) de las 100.000 partidas que estos mismos jugadores disputarán en los siguientes tres meses. No, no es como hacer un par de quinielas.
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