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¿Soldados norcoreanos en Ucrania?

Jorge Cachineroel

NB: Este artículo fue publicado anteriormente en El Economista.

El Economista, 6 de enero de 2024, p. 27.

La prensa occidental especula sobre la presencia de soldados norcoreanos combatiendo al lado de las Fuerzas Armadas rusas en el teatro de operaciones de Ucrania y sobre el suministro de armas procedentes de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) a Moscú.

Según estos medios, todo respondería a una maniobra inesperada de Rusia, que habría reaccionado así al intento de Occidente de infligirle una derrota militar estratégica, de quebrarla financieramente y de aislarla diplomáticamente a partir de febrero de 2022.

Rusia y la RPDC rubicaron un Tratado de colaboración estratégica integral el 19 de junio de 2024, que fue ratificado el 11 de noviembre de este mismo año.

Este acuerdo da continuidad y es similar al que, en 1961, firmaron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y la RPDC.

El de 2024 es más amplio, mientras que el de entonces sólo ocupaba media página.

El nuevo Tratado incluye un artículo 4, réplica del 5 del constitutivo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que compromete a los dos signatarios a actuar en su defensa mutua en caso de que un país tercero declare la guerra contra uno de ellos.

Asimismo, se establece la cooperación en la lucha contra el terrorismo internacional, en las tecnologías de la información y de la comunicación, en las que la RPDC está invirtiendo significativamente, en la seguridad de las comunicaciones internacionales, o en la seguridad regional y en la búsqueda de la paz.

El artículo 8 plantea la realización de actividades conjuntas que les provean de seguridad.

Un acuerdo para contrarrestar las medidas que puedan tomar países terceros contra ambas naciones, incluyendo sanciones económicas ilegítimas, y para coordinar recursos y esfuerzos a la hora de hacer frente a asuntos multilaterales de interés se recoge en el artículo 15.

El Tratado establece también la voluntad de cooperar en los terrenos de la ciencia, de la tecnología y, específicamente, de la inteligencia artificial.

Por último, ambas naciones manifiestan la ambición de colaborar en el ámbito de la generación de energía nuclear con fines pacíficos.

Complejo de energía térmica, Pukchang, Corea del Norte.

Desde 1955 existía un entendimiento para que la URSS y, posteriormente, Rusia ayudaran a la RPDC en la construcción de este tipo de centrales, aunque el empeño no se materializó, en su día, debido a la escasez de recursos, que, ahora, en cambio, están disponibles.

Especialistas rusos ya han identificado una localización para comenzar los trabajos de esa primera central, que se ampararía en excepciones a resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el programa nuclear de la RPDC que lo permitirían.

Este proyecto se ejecutará mediante la consulta permanente, el intercambio de información y la sensibilización mutua, según los artículos 3 y 8 del acuerdo, respectivamente.

El Tratado de 2024 no aborda los asuntos relacionados con la nuclearización de la península de Corea, aunque es difícil imaginar que Pionyang vaya a renunciar a su programa de desarrollo de armas nucleares, independientemente del valor que tenga la definición que la RPDC hace de sí misma como un poder nuclear responsable.

Los ejercicios militares de Estados Unidos (EE. UU.) con Corea del Sur en la zona y sus quejas por incumplimientos de resoluciones de la ONU sobre pruebas nucleares y con misiles intercontinentales por parte de la RPDC han elevado la tensión en la región.

Ejercicios militares entre EE. UU. y Corea del Sur, Yeoju, Corea del Sur, 19 de octubre de 2022.

Este reto es uno de los muchos a los que tendrá que hacer frente el equipo de política exterior del presidente electo Donald J. Trump (DJT), después que el gobierno Biden haya ignorado las resoluciones de la ONU y haya multiplicado las maniobras militares a gran escala en el área.

DJT 1.0 consiguió relajar la tirantez con la RPDC.

No obstante, tuvo que cargar con la hipoteca del papel obstaculizador que su consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, desempeñó durante la Cumbre entre EE. UU. y la RPDC, en Hanoi, en febrero de 2019, en oposición a cualquier progreso entre los dos países.

Pionyang no tiene interés en retomar el contacto con EE. UU. en estos momentos porque no quiere poner en riesgo el nivel de cercanía que están alcanzando sus relaciones con Moscú.

Sin embargo, la conexión entre Washington y Pionyang podría recuperarse, si DJT 2.0 abandonara el prerrequisito de exigirle a la RPDC su desnuclearización.

China impulsa un diálogo tripartito con Rusia y con la RPDC, que comenzó en Moscú, en 2019, dado que Pekín es crucial para avanzar en el dossier Corea.

Xi (i), Kim (d), Pionyang, Corea del Norte, 20 de junio de 2019.

A pesar de ello, las expectativas de acercamiento entre las dos Coreas se han visto ensombrecidas desde que la munición surcoreana se utiliza por Kiev en el este de Ucrania.

Pekín ha mostrado su satisfacción por el Tratado firmado por Rusia y la RPDC en 2024 porque lo ve como un refuerzo a su posición en el nordeste de Asia, a la vista de que la competencia entre Washington y Pekín está abocada a agudizarse, dado que el centro de gravedad del poder mundial vira desde el Oeste hacia el Este.

El Tratado de 2024 es una prueba de la voluntad de Moscú de involucrarse en los asuntos relacionados con la paz y con la seguridad en la península de Corea.

El acuerdo de 1961 abrió vías a la URSS y a la RPDC hacia una cooperación que no estaba sustentada en la ideología, sino, más bien, en la necesidad compartida de disuadir a EE. UU. durante los años de la primera Guerra Fría.

Rusia y la RPDC vuelven a estrechar su cooperación, a medida que el mundo se adentra en una segunda Guerra Fría.

Los tres elementos claves de contexto para este nuevo alineamiento entre Moscú y Pionyang son, por lo tanto, la guerra en Ucrania, la rivalidad creciente entre Washington y Pekín y el incremento espectacular de las relaciones entre Moscú y Pekín.

 

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